El Krasnodar, un debutante recién llegado a la élite
Nota la exigencia. El Krasnodar disfruta de la experiencia de participar en la fase final de la Champions por primera vez, pero le está costando gestionar tanta carga de partidos. Ha tenido que compaginar los dos torneos desde la fase previa, en la que derrotó al PAOK de Salónica en una eliminatoria que no fue sencilla. Ese sobreesfuerzo está pasando factura en la liga rusa, en la que el equipo va décimo y ha perdido tres de sus últimos cuatro encuentros. En medio de este bache de resultados, la semana se presenta especialmente comprometida: después de viajar a Sevilla le tocará visitar al Zenit en el campeonato doméstico. Casi una última oportunidad para que los de San Petersburgo, que tienen nueve puntos más, no se les escapen de manera definitiva.
Proyecto joven. Fundado en 2008 por el empresario Sergey Galitsky, el club ha arrebatado al histórico Kuban –hoy en Tercera– la preponderancia en una de las ciudades más pobladas del sur de Rusia. La inversión fue potente, y el equipo se benefició de renuncias por motivos financieros de otros conjuntos para conseguir en los despachos dos ascensos casi consecutivos hasta llegar a Primera. Mediante la construcción de un modernísimo estadio y la apuesta por un juego atractivo, la nueva entidad fue conquistando a más espectadores y se consolidó en la máxima categoría. Actualmente lleva seis años acabando entre los cuatro primeros en liga y ésta es su séptima participación consecutiva en un torneo europeo.
Las bajas pesan. Ante el Chelsea, el Krasnodar plantó cara en el primer periodo antes de acabar sucumbiendo con claridad (0-4) encajando tres tantos en el cuarto de hora final. No estuvo demasiado acertado el irregular –y joven– portero Safonov. El equipo ruso echó de menos a sus tres jugadores titulares en tres cuartos de campo: el sueco Claesson, el brasileño Wanderson y el mejor de todos, el talentoso media punta francés Rémy Cabella. Sin ellos, la capacidad para hacer daño en ataque se limita al oficio de Marcus Berg como delantero de referencia y a las llegadas de Daniil Utkin desde segunda línea.
Olsson-Vilhena, una buena pareja. Aunque en Europa su sociedad puede resultar insuficiente desde un punto de vista defensivo porque ambos asumen riesgos con la pelota y vienen de haberse formado en posiciones más adelantadas, los dos integrantes del doble pivote son jugadores de cierto nivel. Kris Olsson fue canterano del Arsenal y mantiene esa elegancia en el pase y la conducción que le convirtieron en una de las joyas de la academia gunner en el tramo final de la era Wenger. Tonny Vilhena, que siendo muy joven ya asumió un rol importante en el Feyenoord, ha ganado en agresividad para convertirse en el jugador más físico del medio campo.
El extraño caso de Suleymanov. Pese a que viene llamando la atención en sus apariciones europeas desde 2017, el joven Shapi Suleymanov no acaba de consolidarse como titular en la banda derecha del Krasnodar. Su golpeo de balón con la izquierda saliendo de regate a pie cambiado es impresionante. En la Europa League 18-19 le marcó un golazo al Valencia.