El Madrid se salvó del desastre por furia

A poco del final el Madrid perdía 2-0 y su horizonte en la Champions amenazaba las peores nubes. Se salvó con un empate in extremis, de esos que saben a victoria. Un punto es poco, pero tal y como están las cosas quitarle dos al Borussia puede ser mucho, porque a saber con quién y por qué puesto va a acabar luchando el Madrid en este grupo en el que entró con esa derrota ante el Shakhtar que le dejó rezagado. Por el juego, muy bueno en la primera media hora, el Madrid no llegó al gol. Llegó por el camino de la desesperación, tirándose contra las bayonetas para asaltar la trinchera contraria. Funcionó. Eso evitó el desastre.

Decía que el Madrid jugó muy bien la primera parte, y bien a ratos después. Pero sin remate, que es el mal que le aqueja. Mucho tiro fuera. Un par desde fuera del área que paró Sommer y uno, ese sí, de Asensio al larguero. El Borussia, por su parte, marcó en su primera aproximación, una pérdida en medio campo de Kroos que los alemanes castigaron con una jugada rápida que acabó en gol de Thuram, hijo de una gloria de la defensa y excelente delantero. Ese es el juego del Borussia, robar y correr. Thuram duplicó la ventaja entrado el segundo tiempo, a cambio de lesionarse porque forzó la postura para cazar el remate.

Eso fue una bendición, porque el Borussia le echó en falta. Aun así hubo más sustos. Por arriba, el Madrid insistía, pero sin dar verdadero miedo. Sergio Ramos tocó el tambor y se mandó al ataque. Pronto le siguió Varane, y en última instancia Casemiro, todos al área, escena que imagino a Jovic mirando melancólico. Balones a la olla ante un Borussia que no se esperaba ese ramalazo desesperado de un equipo al que tenía por muerto. Y así llegaron los dos goles, uno en balón bajado de Casemiro a Benzema, el otro bajado de Sergio Ramos a Casemiro. Un punto parece poco, pero el de ayer fue mucho. Mantiene vivo al Madrid.