El Ineos recupera el poder

El Ineos-Grenadier, antes Sky, nació con vocación de dominar las grandes rondas, especialmente la más grande entre las grandes: el Tour. Y así lo ha hecho en los últimos años. Desde que Bradley Wiggins estrenó el casillero británico en París en 2012 ha ganado siete de las nueve últimas ediciones: cuatro con Chris Froome, una con Geraint Thomas, una con Egan Bernal... A la recolecta francesa añadió un Giro en 2018 y dos Vueltas en 2011 y 2017, siempre con Froome, la primera ronda española en diferido después de la descalificación de Juanjo Cobo. Ese es el escalón al que aspira siempre a subir la franquicia de Dave Brailsford, como corresponde también a un equipo con un presupuesto de 46 millones, 16 más que el UAE Team y más del doble que el siguiente opositor, el Jumbo, con 20. En el último Tour anduvo muy lejos de su lugar, con una escasa victoria de Michal Kwiatkowski y un 13º puesto de Richard Carapaz. La planificación no fue buena. La apuesta total por Bernal se demostró errónea. Tampoco había un plan B, con Thomas empujado al Giro y con Carapaz aún corto.

Este domingo ha devuelto al Ineos a su sitio natural, con la victoria de Tao Geogheghan Hart en el Giro de Italia, donde el equipo, además, ha sumado siete triunfos de etapa, cuatro de ellos con el rodador Filippo Ganna. Y eso que el comienzo también se torció mucho con la caída de Thomas camino del Etna, al tercer día de carrera. Aquí el plan B sí funcionó con Tao, aunque el camino se le fue allanando con la retirada de otros favoritos: Superman López, Simon Yates, Steven Kruisjwijk… Ha sido un Giro raro, que se lo han jugado dos ciclistas inesperados, Tao y Jai Hindley. Ambos tendrán que refrendar ahora sus éxitos en plazas de mayor categoría y ante toros más bravíos para quitarse ese asterisco. Como colofón de la jornada, Richard Carapaz también se vistió el maillot rojo de la Vuelta en Formigal. El Ineos recupera el poder.