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Koeman lo sabía; Ramos ganó el Clásico

Lo mollar. El Clásico lo volcó un penalti que no lo fue. Ni en directo, ni por el VAR. Pero esto tiene esta tecnología diabólica que arbitra el fútbol repetido y a cámara lenta. Lo ha convertido en tóxico, con un punto de virtual, y nada peor puede decirse de un deporte.

Número uno. Pero como le decía Luis Aragonés a Casillas, Xavi y compañía, mientras se desternillaban de risa en su recordada charla previa a la final de la Eurocopa de 2008 para pedir que calentasen a Schweinsteiger, "esto es de listos". Por allí estaba ya un tal Sergio Ramos. Este camero, al que el Sevilla estuvo a punto de poner en la calle cuando apenas era un juvenil hasta que Del Nido cogió sus expedientes de comportamiento y los tiró a la papelera porque, simplemente, "era el mejor", exprimió ayer el invento hasta el extremo. Jugueteó con ese bizcochito que es Lenglet, esperó que picase y usó sus galones de jugador con más Clásicos y más internacionalidades para recomendarle a Martínez Munuera que se pasase por el monitor. Un árbitro moldeable, una buena idea.

Visionario. Como cuando era futbolista, Koeman está demostrando poca cintura para intervenir en los partidos; pero de su época como jugador de tronío sí conserva un buen marco general del juego. El viernes, el holandés se anticipó a todos. "Estoy esperando a ver si juega Ramos. Puede influir en el Clásico". Pues sí, Ramos, ese jugador con el que el Madrid puede pasar de equipo intrascendente a ejército creíble, ese futbolista capaz de determinar partidos a ochenta metros de la portería rival, con lo difícil que es eso en fútbol, ganó el partido solito.

Los análisis. En el entorno del Barça, guerracivilista como ninguno, faltó tiempo para que se abriesen dos relatos sobre el 1-3. El primero, en modo nuñista, acusó al árbitro de la derrota; el segundo, autoconsiderado purista y protector del juego, señaló a Koeman por su parálisis después del 1-2 para mover el árbol. Los dos llevan su parte de razón, pero también deberían incluir a Messi, jugador franquicia por salario y estatus especial en el equipo. Fue su sexto Clásico sin marcar.

Siempre Johan. Y mientras los expertos ya rebuscaban las explicaciones al 1-3 en los mapas de calor, Koeman le hizo un homenaje a Cruyff. "El VAR sólo entra en contra del Barça". Fue inevitable recordar aquella rajada contra Díaz Vega, después de colocar a Guardiola sobre Butragueño en el Bernabéu. Johan nunca perdía. Eso también lo aprendió bien Koeman.