A Zidane no le alcanzan los dedos de las manos para contar sus títulos con el Madrid, sin embargo, aquí estamos buscando los esqueletos del armario. Tratando de entender por qué un encuentro que pintaba para historia de amor terminó como terminó. James llegó a España en 2014 declarando su devoción por Zizou y años más tarde, bajo su mando como entrenador, salió del equipo con los peores registros de su carrera. Pocos días después, ya sonreía y brillaba en el Everton. ¿Qué pasó?

Es probable que, a fin de cuentas, en el deporte ganar no sea suficiente y que las maneras de liderar marquen la carrera de un entrenador, pero sobre todo la de sus jugadores. Gracias a Zidane, el profesionalismo de James fue puesto en duda, sin embargo, simplemente era un futbolista que necesitaba sentirse valioso para rendir. La historia comenzó con Falcioni, Pékerman la potenció, Heynckes la confirmó y Ancelotti… Ay Carletto.

De principio a fin Zidane trató a James como "uno más de la plantilla" y en eso lo convirtió. Es evidente que tampoco lo necesitó… Conquistó mucho más que tres Copas de Europa sin el colombiano. Cuestionar a un ganador es una batalla perdida, pero incluso en un club sin necesidades como el Madrid hay momentos en los que derrochar está mal visto. ¿Se le pudo haber valorado más? Zizou sabe la respuesta.

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