Aquel Cádiz del 1-1 en el Bernabéu con 'La Quinta de Ramón'

Quisiera empezar el artículo dando las gracias a dos personas imprescindibles en darle color amarillo a mi corazón: Don Antonio Macías, el entrenador que con 13 años dio el visto bueno a mi fichaje por los infantiles del Cádiz CF, y a Ramón Blanco, mi padre futbolístico, aquel que nada mas verme me dijo que, si no era un 'boliza', jugaría en Primera. Cuatro años después me haría debutar en Primera División... Con él de míster, hace ya 28 años, sacamos un empate a uno ante el Real Madrid y con sabor a cantera. Recuerdo que nuestro primer objetivo era sacarnos una foto en el Bernabéu. La Quinta de Ramón andábamos por allí: mi hermano Mateos, Arteaga, Fali y yo, jugadores que habíamos estado meses atrás con él en Tercera. Fue un partido donde por momentos parecía que los Hagi, Hugo Sánchez, Míchel y Luis Enrique tenían hermanos gemelos, se multiplicaban y nos hicieron sufrir. Nosotros, muy ordenados, esperábamos salir a la contra con el mejor jugador que ha dado la cantera cadista, Pepe Mejía (qué cambio de ritmo, qué precisión en el pase...). Era el mellao quien me buscaba para desahogar el juego y aprovechar la zancada de Arteaga y así inquietar a Jaro. Es cierto que nos dio la vida los cambios en el descanso, ahí entraron Quevedo y el canijo Fali e hicieron que nos desperezásemos.

Cuando peor lo estábamos pasando con 1-0 llegó algo que con el tiempo nos hemos dado cuenta: nosotros fuimos los creadores del tiki-taka... Faltaba un cuarto de hora cuando, sin que la tocase ningún jugador blanco y tras la participación de ocho amarillos, conseguíamos el empate por mediación de Moi. Aún recuerdo que Canal+ lo eligió como el mejor gol de la jornada.

Rocha pelea por un balón con Oliva en aquel Madrid-Cádiz de 1992.

Los minutos finales os los podéis imaginar, longo longo, nos faltó meter al gran Rovira (masajista) ayudando a Szendrei en la portería... Lo que iba a quedar como nuestra primera foto en el Bernabéu, quedó como "la foto", esa en la que junto con Ramón habíamos obrado el milagro de no salir derrotados. Pasan los años y te enorgullece mirarla, porque éramos un equipo profesional con alma de amateur, todo lo que rodeaba aquello era pureza: el cachondeo en el vestuario, los bocadillos de chicharrones con limón, las novatadas a los que llegábamos del B con los Linares, Carmelo, Manolito, Mejía... Mirar fotos de esa época es darte cuanta del privilegio de haber vivido esos momentos con mínimo veinte tíos de la tierra. Ojalá los Álex Fernández, Salvi, Choco y demás puedan conseguir hoy un resultado positivo que se pueda enmarcar en la historia amarilla. ¡¡Ese Caí Oé!!