El Eurosevilla afronta su mayor reto
Alemania, Francia e Italia van abriendo la mano en distintos grados para ir al fútbol. Hay quien pregunta que aquí cuándo. Hay impaciencia y ayer, acogiéndose a una norma del Gobierno de Cantabria, ya se reabrió El Sardinero, para mil personas (sólo entraron 765), en un amistoso. Este verano han abierto cines, teatros, toros, hipódromo... (Y no siempre con cuidado, visto lo del Teatro Real). ¿Por qué otros sí y el fútbol no? El argumento es la tendencia del aficionado al fútbol a agruparse antes y después en los bares de la zona. En todo caso, tal y como se está disparando otra vez esto, lo mejor para todos es salir sólo para lo imprescindible.
Pero estábamos en el partido de esta noche en el estadio Ferenc Puskas (¡todos en pie!) donde el Sevilla va a pasar una prueba de bigote. El Bayern anda suelto y siembra el terror con esa manía que ha cogido de marcar los goles de ocho en ocho. Ayer estuve siguiendo en Vamos el buen programa previo, que ofreció en directo imágenes del entrenamiento. Se veía a Lopetegui paseando con gesto serio, y no es para menos, porque el problema es de aúpa. Pero el Sevilla es equipo que sabe meterle intensidad al partido, lo mismo en defensa que en ataque, y además, no nos engañemos, no tiene nada que perder. Verle ahí ya es una satisfacción para todos.