Más de lo mismo en el Barça

A una semana de que el Barça debute en competición oficial, la foto del equipo sigue fijada en Lisboa. Ese día, tras la catástrofe del 2-8, Bartomeu aseguró que "las decisiones estaban tomadas antes del partido y ahora sólo es cuestión de ejecutarlas". Un mes después de la carnicería de Da Luz el cambio de rumbo se ha escenificado en la salida de Rakitic, que no jugó ese día, en la cesión de Wagué, que ni estaba en el equipo y la destitución de Setién (pendiente de pago y en los tribunales) junto al anuncio de la intención de reubicar a su cuerpo técnico.

Koeman trata de construir una suerte de campamento de refugiados sobre las ruinas de lo que no hace mucho era un fabuloso equipo, pero la sensación de que todo se hace para solventar el día sin pensar en un proyecto se hace cada día más patente. Siguen jugando casi los mismos que en Lisboa dando una impresión de más de lo mismo. Se echa en falta la rebeldía y el amor propio de unos jugadores que fueron cruelmente humillados ante los ojos de todo el mundo. Los futbolistas siempre dicen tras una derrota que lo mejor es jugar cuanto antes para así desquitarse. Puede que sea cosa mía, pero en los tres partidos de pretemporada del equipo de Koeman hasta el momento sólo veo a un equipo que da la sensación de que ese 2-8 se lo endiñaron a otros. Y no señores, eran ustedes.