Hazard, el peso y el hueso
La convocatoria de Hazard con la selección de Bélgica ha sido un tremendo error que demuestra la inconsciencia del jugador sobre el momento decisivo que atraviesa su carrera. Cuando su frustrante actuación ante el Manchester City, hace sólo un mes, evidenció su mal estado físico, alguien debió explicarle al belga que no podía permitirse unas vacaciones al uso y que necesitaría un trabajo específico y un control riguroso, también de peso, para intentar volver bien en septiembre para iniciar la pretemporada con su club. La grave lesión y la complicada recuperación de su tobillo lo aconsejaban así, pero el futbolista decidió empezar trabajando con Bélgica para, al final, no jugar ni un minuto...
Va a empezar a trabajar tarde y mal. Más que el famoso michelín de Hazard, que ya se le vio en el Chelsea y que denota que el trabajo físico no ha sido nunca una de sus virtudes, lo más inquietante es la evolución de la articulación dañada. Aunque se repita desde hace tiempo que "no tiene dolor" en la zona, las dos recaídas que ha tenido ese peroné hacen que la lesión corra el riesgo de convertirse en crónica, sobre todo por el esfuerzo al que lo somete el juego natural del belga, un driblador por naturaleza. En el Real Madrid han asumido ya que toca ir muy despacio con él, otra vez, y que los próximos meses decidirán si hay futuro o no con Hazard.