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Un brazalete entre Messi y Koeman

Un problema. Más allá de la fractura ya irreconciliable entre Messi y Bartomeu, hay una que preocupa mucho más dentro del club y es la reentrada del argentino al vestuario. Su ataque al proyecto de la entidad señala, de manera voluntaria o no, a los compañeros con los que se ha estrellado en los últimos años. Jugadores entre los que, por otro lado, hay campeones del mundo como Griezmann; un futbolista elegido como el mejor de Europa en su posición como De Jong, y un portero en el podio mundial como Ter Stegen.

Explicación. Messi lleva el brazalete de capitán en el Barça, lo cual no es un detalle cualquiera en la temporada que ahora empieza. Ha estado varios días sin entrenar porque ya no se consideraba jugador de la primera plantilla, no es un interlocutor válido con el presidente porque es completamente anómalo que un capitán no hable de temas que conciernen a todo el vestuario; y, en cierto modo, ha puesto en duda la valía de los compañeros a los que ha elegido el club. Es seguro que Bartomeu prometió a Messi salir del Barça este verano, pero también lo es que, aunque aclare su postura, algunos jugadores lo miran con recelo. Su discurso explicándose necesita ahora el respaldo de Koeman y credibilidad en el vestuario.

Proyecto. La última vez que el Barça eligió capitanes, lo hizo por votación. Salieron entonces Messi, Busquets, Piqué y Sergi Roberto. Queda por saber cómo va a gestionar Koeman el nombramiento de los capitanes. Si lo va a hacer por omisión y mantiene a los que hay actualmente para evitar una nueva tormenta; si va a tomar la voz cantante y los va a elegir por su cuenta y riesgo; o si lo va a dejar en manos de una votación de los jugadores, en cuyo caso, se comprobará hasta qué punto Messi sigue siendo creíble para sus compañeros. Su estrategia en el asunto, espinosísimo, determinará el último año de Messi en el Barça.

Brazalete. Si no renuncia por voluntad propia para evitar ese problema de comunicación con Bartomeu, que Messi perdiese el brazalete en el Barça supondría un terremoto más en un año que se advierte delicadísimo en el club. Así que es probable que si Koeman consideró en su primera entrevista que Messi puede "acompañar al equipo en su evolución", lo siga teniendo presente como capitán de este Barça. Pero ese primer día también dejó muy claro que no quiere minas. Si el barcelonismo necesitaba explicaciones, seguramente también las necesite el vestuario. Un brazalete puede terminar de separar a Koeman y Messi. También unirlos.