Futbolistas ambulancia
Aquel día mi padre decidió sacar a pasear al dinosaurio de Monterroso. Y con balón. Yo apuraba mis últimas y lejanas opciones de llegar a vivir del fútbol mientras me chiflaba por Elena, cuando empecé a hacer mis primeros pinitos periodísticos. Rafa, que le hizo un hat trick al Recre el día que se despidió con 37 años, se puso serio: "Hijo, el periodismo sólo tiene una ventaja, pero, aunque nadie es eterno, es bastante seria. Los periodistas duran mucho más que los futbolistas: cuando yo me retiré, y aún muchos años después, los periodistas que habían empezado conmigo en el fútbol, todavía estaban allí. Malos, buenos o mediopensionistas, nos ven pasar a todos". Así fue como me tome la frustración futbolera con cierta perspectiva. He seguido jugando al fútbol simulando que de mayor quería contar historias, pero en realidad me engañaba a mí mismo. Hago tantas veces a mis hijos la sobreactuada broma de que hay un futbolista que suena como una ambulancia, que en algún momento debía cerrar el círculo. De mayor he querido ser siempre Nino.
![Nino celebra un gol en un partido de esta temporada.](https://img.asmedia.epimg.net/resizer/v2/P5MP6XWVWNIKNDDX34S4L35ZGQ.jpg?auth=672bb3276b9942407a04e85d57d76b45f8a19f4277724834e4fa631e1cddc6cd&width=360)
40 cumplidos, símbolo de la identificación del viejo aficionado con los futbolistas: Nino hoy, como Aduriz y Bruno Soriano ayer, y Kazuyoshi Miura (renovado a los 53, no sé si habrá periodista que le retire) siempre. Crecemos escuchando su nombre, de niños queremos emularles; cuando tenemos su edad andamos como ellos, y, ya talludos, nos apuntamos al último mohicano. Los Vinicius y Ansu Fatis, los de Instagram y la PlayStation nos parecen críos y nos paramos en la edad del veterano que sigue sentando cátedra en el fútbol. Pensamos que somos como ellos. Y ahí nos plantamos, eternamente. A mis cuarentaytantos, y aunque hago ver que soy periodista y duraré más que ellos, afronto la temporada de Nino en primera con el Elche, hago mía la tribulación de Messi para retirarse fuera del Barça, y pienso que me queda algún golito por meter en el Sanluqueño, cual Güiza. Ese fútbol como arena que se escapa de las manos nos anima a revivirlo a la desesperada. Perenne, el jugador ambulancia está ahí para salvarnos.