Un equipo de autor con varios registros

Un equipo que juega varios partidos en uno. Julian Nagelsmann es uno de los entrenadores del panorama internacional que más modifican el dispositivo táctico de su conjunto entre un encuentro y otro y también durante el curso de un mismo duelo. Por ello, es siempre complicado acertar con qué once va a salir, e incluso una vez se anuncia la alineación no es sencillo colocar a cada uno de sus integrantes. Esa capacidad camaleónica del Leipzig supone un contratiempo para los adversarios, que no pueden preparar los choques asumiendo con certeza qué tipo de planteamiento van a tener en frente. En este caso concreto, para el Atlético aún hay una incógnita más: el RB no ha jugado ningún partido oficial desde que Timo Werner dejó el club, con lo que no existen referencias sobre cómo lo va a sustituir más allá de los escasos choques que se perdió la antigua figura del equipo en los últimos cursos. Esta temporada, sin ir más lejos, solo no fue titular en un empate a cero en Wolfsburgo. Ese día Nagelsmann alineó a dos nueves clásicos (Schick y Poulsen) y dispuso a sus hombres de talento (Forsberg y Nkunku) por los costados.

Candidatos entre líneas. Pero en esta ocasión parece que la idea de Nagelsmann es jugar con Poulsen en punta y acompañarlo con dos jugadores móviles por detrás. Entre los mencionados Nkunku, Forsberg y el español Dani Olmo tienen que estar esas dos posiciones. Cuando le dio libertad, el egarense respondió con actuaciones sensacionales y a largo plazo debe ser el encargado de asumir el rol de elemento desequilibrante en tres cuartos tras la salida de Werner. Con España Sub-21 ya le vimos actuar de falso delantero. El sueco Forsberg, al que le perjudicaba el esquema sin extremos que venía empleando su entrenador, es el otro futbolista que tiene que dar un paso adelante.

Dani Olmo, en un partido con el Leipzig.

Laterales reconvertidos. Una de las primeras decisiones que tomó Nagelsmann al llegar a Leipzig fue la de transformar en centrales a los clásicos laterales de la línea de cuatro de los tiempos de Hasenhüttl. El zurdo Halstenberg y el diestro Klostermann, ambos internacionales, poseen un buen físico y le sirven al técnico para proteger al joven Upamecano (que goza de grandes condiciones pero aún se equivoca demasiado) en su dispositivo favorito de tres centrales. Cuando el equipo ataca, se abren para la salida de balón y eso permite proyectar hacia campo contrario a Angeliño y a Mukiele. El 3-4-2-1 se ha convertido tras este movimiento en el sistema más usado por Nagelsmann y es probable que ante el Atlético también lo utilice.

Todocampistas dinámicos. Sabitzer, Kampl y Laimer son jugadores con orígenes diferentes en cuanto a sus características, pero en este Leipzig han acabado pareciéndose en su capacidad de abarcar muchos metros y de correr sin descanso cuando se les ubica en el doble pivote. Sabitzer posee el mejor golpeo; Kampl es el más talentoso y Laimer el más sacrificado. De los tres, uno debería quedarse fuera. La elección de Nagelsmann puede indicarnos cuáles son sus intenciones y su grado de atrevimiento. Si el esloveno juega, el Leipzig será más osado.