La perspectiva de Hazard
Resulta curiosa la perspectiva que te da la Champions del momento, las necesidades y las debilidades ya no de un equipo, sino de una plantilla y de un club. Dejamos al Real Madrid capaz de todo porque había ganado LaLiga más rara de la historia con un expediente casi inmaculado de 10 victorias y un empate después del parón obligado por la pandemia y el cielo azul de Mánchester no parecía el límite, sino tan solo una estación, para toparnos con la realidad unas semanas después: el Madrid no da más de sí y menos mal de Courtois, porque el City pudo golear.
Dejando a un lado los errores calamitosos de Varane, hacían falta dos goles desde que se terminó el partido de ida en el Bernabéu… y el equipo de Zidane sólo fue capaz de marcar uno. La falta de reacción del técnico ante lo que cualquiera que tuviera ojos veía: que Hazard no estaba listo para disputar el choque en el Etihad y que sacar a Jovic (el que se saltó las normas en el confinamiento en una barbacoa con amigotes) en lugar de a Vinicius, que aunque no tenga puntería genera ocasiones y aprovecha los espacios por mínimos que sean, provoca cierta irritación. Un vaya usté a saber lo que habría pasado. Pura ficción. Como todos llevamos un entrenador dentro (y hasta un epidemiólogo últimamente) los análisis se han ido a hacer puñetas porque el mismo Zidane que era un mago gestionando los recursos ahora resulta un inútil. Y ni tanto, ni tan poco.
Con un poco de perspectiva igual nos daríamos cuenta de que el Madrid ya no da tanto miedo en Europa, que le han eliminado por segunda vez consecutiva en octavos, que le hace falta gol, que Marcelo se quedó en el banquillo, Modric ya no es el mismo y Sergio Ramos no tiene poderes desde la grada. Y que Hazard llegó pasado de peso porque le dio la gana y por muy majo que parezca esto no es un concurso de simpatía (ahí está Cristiano aunque su Juve fuera eliminada para atestiguarlo), que aquí se trata de ganar, de ser competitivos. Y de estar en forma, qué menos.