Koke es el prototipo ideal de jugador del Atlético, futbolista criado en la casa y que transmite como nadie los valores de este club: humildad, sacrificio, lucha, fe... Un jugador, por otro lado, de mucha calidad. Pocas veces se le ha visto alzar la voz, aunque no significa que no tenga temperamento.

Tuvo como uno de sus grandes ídolos a Fernando Torres, como muchos de los chicos de las categorías inferiores de la entidad madrileña. Ahora afronta uno de los grandes retos de su carrera: levantar esa Champions que tanto se le resiste al club rojiblanco. Me encantaría, y creo que a todos los aficionados del Atlético les sucede lo mismo, que fuera él quien levantara ese trofeo. Koke está llamado a conseguir cotas históricas en el Atlético, pues en un par de años será el futbolista que más encuentros haya jugado con la camiseta rojiblanca superando a uno de los grandes mitos, Adelardo. Se dice pronto. Koke ha soñado mil veces con ese momento mágico de recibir el trofeo y junto con sus compañeros mostrarlo a toda la afición colchonera. Ojalá pueda conseguirlo, pues se lo merece como pocos.

El Atlético, por otro lado, no quiere lanzar las campanas al vuelo en esta Champions. Todo se le ha puesto favorable, ya que la sombra del Real Madrid no aparece en el camino de los de Simeone. Pero hay que eliminar al Leipzig. Y luego a otro duro rival. Y plantarse en la final. Si el Atleti piensa que tiene mucho ganado, empezará perdiendo el partido ante el conjunto alemán. Paso a paso. Partido a partido.

Y lo primero es dejar en la cuneta al tercer clasificado de la Bundesliga. Si el Atlético hace las cosas como sabe y como debe estará en las semifinales. Sería mejor que los jugadores rojiblancos fueran concienciados de que nadie les va a regalar nada. Se han ganado el respeto del fútbol europeo, pero nada más. El equipo rojiblanco quiere dar una alegría histórica a su hinchada. Atleti, a por el título.