Imaginaria en el museo
Recuerdo cuando hice la mili en aviación, en el Ejército del Aire. Una vez terminado el campamento yo tenía un enchufe, así que también tenía fundadas esperanzas de obtener un destino digamos favorable. El día del reparto de destinos dijeron "López Varona, al museo". Inmediatamente pensé "vaya porquería de enchufe, me mandan a un museo".
Empecé a preguntar dónde estaba ese tal Museo del Aire y unos y otros me dijeron que no había museo. En eso consistía el enchufe, en mandarte a un sitio que no existía, o que estaba en la fase previa a su existencia, al igual que a algunos más enchufados que yo, recuerdo perfectamente, les mandaron de ascensoristas a un hospital...pero a un hospital que no tenía ascensores. Así que hice una mili plácida, (si es que es posible incluir en la misma frase las palabras "mili" y "plácida") casi tan plácida como la los ascensoristas del hospital. De esa época viene mi amor por los museos.
Todo esto viene a colación por la inauguración del Museo del Atlético de Madrid en el hermoso Estadio Metropolitano. Hace ya unos cuantos años el Atleti me pidió que le consiguiera algunos objetos pertenecientes a Joaquín Sabina para el museo, que en aquella época estaba en el Vicente Calderón. Joaquín me dio un bombín y creo que también un bastón de madera de esos que usaba en los conciertos en directo. No recuerdo exactamente, el tiempo pasa factura.
Hoy mi Atleti me pide algo mío para su museo, nuestro museo, y yo, humilde pastorcillo, no sé qué darles, salvo mi fe intacta y mi amor por el club y sus colores. Aunque puede que ellos prefieran una guitarra...
En estos meses de posconfinamiento podría ser una estupenda opción para lugareños y visitantes de Madrid acercarse al Museo del Atlético de Madrid, que se está inaugurando justamente en estos días, a disfrutar con los sagrados objetos del club, con el bombín del señor Sabina, y con la fe intacta del humilde pastorcillo. Aunque puede que ustedes prefieran una guitarra...