La insospechada resurrección de Solskjaer
No hace tanto tiempo, en Manchester se decía que la única razón por la que Ole Gunnar Solskjaer no era destituido como entrenador del United se encontraba en su pasado como jugador legendario del club. Si con unos resultados tan mediocres o más que los cosechados por sus antecesores en el cargo en la era post-Ferguson (David Moyes, Louis van Gaal y José Mourinho) todos ellos habían sido sentenciados de manera implacable y él no, ese ejercicio de paciencia se atribuía no a una mayor madurez de los rectores del club, sino a un crédito superior de cara al aficionado que el noruego conservaba por ser visto como "uno de los nuestros". Extrañaba la rebaja en las expectativas, antes siempre a la altura de la historia de un club mastodóntico, y un cierto conformismo en el que parecía no urgir ni la clasificación para la próxima Champions League. Ole, cuyo gran mérito en sus primeros doce meses en el cargo fue empezar con una muy buena racha de resultados que luego se cortaría en seco y eliminar de forma sorprendente y milagrosa al PSG de la Copa de Europa, iba a tener tiempo para desarrollar su proyecto. El tiempo que a otros no se les dio.
Hoy, esa extrañeza se ha convertido en ilusión, y los dirigentes de Old Trafford pueden presumir de haber tomado la decisión correcta. Tras haber ganado cinco partidos y empatado los otros dos de los siete encuentros de Premier League disputados tras el regreso del fútbol, el Manchester United posee opciones reales de clasificarse entre los cuatro primeros, algo que prácticamente se excluía de las posibilidades cuando estalló la pandemia. Además, viendo el momento de juego del equipo, en el entorno del club sueñan con ganar el título de una FA Cup en la que hoy se miden en semifinales al Chelsea de Frank Lampard, que anda por encima en la liga pero que sin duda atraviesa por un momento mucho más irregular. No sería un premio menor: serviría para poner fin a tres años sin levantar ningún trofeo –desde la Europa League lograda en Estocolmo ante el Ajax en 2017– en un periodo en el que el vecino ciudadano ha llenado sus vitrinas con multitud de entorchados nacionales de todo tipo.
La resurrección de este Manchester United, que por rendimiento actual se postula como máximo candidato a ganar la Europa League y que pasa por ser el conjunto más atractivo del momento en Inglaterra, se entiende a partir de varios factores. El fichaje del portugués Bruno Fernandes ha dinamizado todo el juego de ataque: le ha agregado velocidad, talento entre líneas, capacidad para amenazar al rival con golpeos desde media distancia y una competencia asociativa que se echaba de menos en la media punta. A su llegada se han sumado la recuperación física de Paul Pogba, que ahora tiene un socio cercano que le permite redefinirse como centrocampista mixto, y la eclosión del joven Greenwood, un atacante al que muchos consideran ya la nueva gran promesa del fútbol inglés. Además, Solskjaer ha encontrado la fórmula perfecta para que Rashford, partiendo desde la izquierda, y Martial, actuando como referencia, combinen a la perfección.