Más madera y otro paso hacia el título
Más madera. Corría el minuto 10, el Alavés había dado un par de sustos (sobre todo un cabezazo de Joselu al larguero) cuando Mendy se fue por la izquierda y llegando al área le entró Ximo Navarro. El defensa frenó para evitar el penalti, pero en su deslizamiento su rodilla derecha arrolló el pie atrasado de Mendy. Gil Manzano pitó el penalti, que transformó Benzema, a falta de Sergio Ramos, que miraba desde la grada. Las redes ardieron otra vez. Es el cuarto penalti del Madrid en LaLiga postconfinamiento. Los mismos lleva el Atlético y uno más el Celta, pero los del Madrid son los que se miran con lupa, sobre todo si no son clamorosos.
Y más aún: nada más empezar la segunda mitad, un ataque rápido acaba en gol de Asensio anulado por el banderín del linier. Pero entró el VAR y, con justicia milimétrica, rescató el gol, concedido así en segunda instancia por Héctor Rodríguez, que empezó la noche como cuarto árbitro y tuvo que entrar en el descanso por lesión del titular. En fin, dos jugadas para alimentar las fobias. Bien falladas, pero que con mirada interesada muchos sumarán a la montaña de cartón que se va formando con una serie de figuraciones sostenidas por una realidad: en este tramo de LaLiga al Madrid siempre le sale cara en las jugadas que yo llamo fronterizas.
El partido murió con el segundo gol. El Alavés, que hasta entonces había estado jugando bien, se desanimó. Hasta eso, y aun alguna vez después, puso a prueba a Courtois, que da cada día mejor impresión. Es la mejor baza del Madrid cara al partido de Manchester, que ya aparece en el horizonte y atrae más la mirada cuanto más resuelta parece LaLiga para el Madrid, aunque ahora le toca la difícil visita a un Granada que se ha venido arriba y ya ventea un puesto europeo. Hazard sólo salió un ratito, ni rompió a sudar. Se le sigue esperando. Benzema y Casemiro se fueron tocados. Tanto trajín empieza a pesarles a los que más juegan.