El Madrid se asoma al precipicio
La frase de Pablo Laso en la previa de la fase final de la Liga vuelve a tomar fuerza: “Puedes ser campeón ganando cinco partidos, o ganar cuatro y no llegar a semifinales”. Si el Real Madrid quiere revalidar el título en Valencia, tendrá que agarrarse a esa primera premisa, porque cinco es el tope de victorias que podrá alcanzar ya tras sus derrotas ante el San Pablo Burgos, el pasado viernes, y el MoraBanc Andorra, este miércoles. Dos tropiezos inesperados que colocan al Madrid al borde del precipicio. El grupo B afrontará la última jornada más apretado que las tuercas de un submarino, con un equipo líder, el Valencia, con 3 victorias y 2 derrotas, y otros cuatro empatados con un balance 2-2. Las probabilidades son múltiples. Y cada canasta vale oro, porque puede decantar el destino en los triples o cuádruples empates.
El formato elegido para resolver la Liga Endesa depara estas situaciones. Un resultado te eleva al cielo o te hunde en el infierno en un pestañeo. El propio Real Madrid lo vivió este miércoles en sus carnes. La derrota del Gran Canaria ante el Zaragoza, en el choque anterior, le daba la opción de acostarse clasificado, siempre que hubiera ganado su partido y el Burgos hubiera hecho lo propio. Y de repente, su batacazo ante el Andorra le situó en el supuesto contrario: si el Valencia vencía en sus dos duelos, los de Laso estaban fuera... Y ya ha ganado uno. Hay que admitir que el escenario es emocionante. Pero más allá de las cábalas, la realidad es que el Madrid no está jugando bien y ha llegado al torneo muy lejos del tono que exhibía en marzo. Su aplastante salida en su debut ha resultado un espejismo. Aun así, no está perdido del todo. Aunque ya no depende de sí mismo, está en manos del Gran Canaria. Paradójicamente, el grupo A, que se pronosticaba más igualado, llega al último día con todo resuelto, acorde a la lógica: el Barça y el Baskonia ya están metidos en las semifinales. Cosas del deporte.