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LIGA ENDESA | GRUPO B | 4ª JORNADA

El Madrid, ante el abismo

Un fantástico MoraBanc Andorra, con tres bajas importantes, deja al Madrid al borde del KO y se mete en la pelea por las semifinales. Hannah, la figura. Campazzo, sin respaldo.

WALTER TAVARES
 TYSON PEREZ
 NACHO LLOVET
 JEREMY SENGLIN
WALTER TAVARES TYSON PEREZ NACHO LLOVET JEREMY SENGLIN ALBERTO IRANZODIARIO AS

Si buscaban novedades y emoción en el baloncesto español, el nuevo formato ACB las ha traído todas juntas. La segunda derrota en cuatro jornadas del Madrid ante adversarios inesperados le manda a la lona con bastantes papeletas para que el KO sea definitivo. De hecho, no depende de sí mismo y, si el Valencia cumple los pronósticos y vence al Gran Canaria, se quedará fuera de las semifinales de la Liga por primera vez en 12 años, desde 2008.

Los tres meses de parón, ya no hay duda, se le han atragantado, con una plantilla amplia, aunque a la vez veterana y dependiente. El naufragio blanco supuso el reflote de un genial MoraBanc Andorra, que ha luchado repleto de ausencias contra las fuerzas del mar para llegar vivo a la última jornada. Y lo ha logrado, entre otras razones, por vencer al Real por 16 (91-75). Defendió más y reboteó mejor, le puso la energía que a su rival le faltó y le batió en el resto de apartados. Sumó, por ejemplo, seis canastas de campo más con un tiro menos. Muchos destacados y una figura principal: Clevin Hannah, que agrupó 23 puntos. Campazzo (18 tantos y 26 de valoración) se quedó solo en el arreón final.

La primera parte del Madrid resultó horrenda. De largo, sus peores minutos en lo que va de fase final. Ni siquiera en la derrota frente al San Pablo Burgos dio una imagen tan pobre, de impotencia y falta de recursos. Pero es que restaba la segunda, que fue todavía peor. Perdió los cuatro actos. Rudy era baja por molestias físicas; el resto estaban todos, incluido Campazzo, titular.

El MoraBanc Andorra, con una evidente falta de centímetros, apostó por un ritmo y una movilidad alta, por sus tiradores y por atacar a los peores defensores blancos. Mediado el primer cuarto, Ibon Navarro ya había puesto en pista a diez jugadores y eso que a las bajas conocidas de Diagné y Musli se unió la de Dejan Todorovic, que venía de un 6 de 6 en triples. Laso siguió esa senda: descanso para el Facu. Entró Laprovittola y sus rivales fueron a por él. Hannah, con tres canastas seguidas en el cara a cara, le sacó del parqué. Thompkins era el madridista más fino, pero su presencia tampoco espoleaba a los suyos (-13 con él en cancha en la primera parte y -21 al final, en plena caída libre).

Todo había arrancado con balones a Deck al poste y continuó con un carrusel de triples con escasos desplazamientos previos, de los cinco jugadores y del balón. Era un constante agarrar la bola y lanzar con poco acierto, sin generar nada más de juego. El Andorra encaraba el aro, incluso corría contraataques y encontraba a sus tiradores después de realizar los movimientos previos con mucha más energía. La misma que ponía en defensa y le permitía salvar una pila de inconvenientes y abrazar una renta de 16 antes del descanso: 39-23, minuto 17. Una ventaja inopinada, pero venía de encestar 113 puntos frente al Zaragoza el pasado lunes y a nadie le regalan esa marca en la ACB, y menos sin prórroga.

Gran dependencia de Campazzo y Tavares

Felicitaciones a Ibon Navarro por la gestión de sus recursos en el pulso contra un equipo veterano, que ha llegado a Valencia lejos de la forma que exhibió en febrero y marzo. Una plantilla tan amplia como dependiente de Campazzo y Tavares. Al primero le falta un escudero de primerísimo nivel europeo en el puesto de escolta (hablamos de ganar la Euroliga, claro) y el segundo no tiene suplente. La gesta del Andorra se completó porque tuvo la capacidad de aguantar el tirón del Real a la vuelta de vestuarios, con Causeur cargando en una sucesión de acciones positivas, más un matazo de Tavares y un triple de Radolph, que se limita solo a lanzar de tres.

La corriente andorrana, sin embargo, fluía como antes y ahí andaba Jelínek con un 3+1 y poco después Hannah, otro héroe bajito para romper los tópicos del baloncesto. Y la enorme labor, cada uno en lo suyo, de Guillem Colom y de Tyson Pérez. No hubo desescalada: al margen del 60-54, la brecha no bajó de los 9 o 10 puntos y únicamente cuando tocó los 20 (83-63, minuto 34) a los del Principado les entró algo de vértigo a triunfar. No les duró demasiado, ni siquiera el Madrid se vio capacitado para maquillar la diferencia, un resultado en contra que puede hundirle definitivamente en la decisiva jornada del viernes. El Madrid, ante el abismo, al borde del KO.