La adaptación a los cinco cambios
El escenario desconocido que supone el hecho de haber estado casi tres meses sin competir y dos sin entrenar, algo que no ha vivido ningún futbolista en activo, salvo los lesionados, ha provocado que una nueva regla que permite realizar hasta cinco cambios se haya implantado en el fútbol profesional.
Prevenir lesiones. La función principal de esta nueva regla es salvaguardar la salud de los protagonistas cuando acumulen fatiga en las piernas después de estar tanto tiempo sin disputar partido oficial. Ya hemos comprobado que a partir del minuto setenta, los futbolistas comienzan a tener algún problema físico a modo de sobrecarga muscular. Sin duda, este es el primer motivo y causa fundamental de que los técnicos estén utilizando los cambios, la necesidad. Me refiero a que muchos entrenadores no son muy dados a meter demasiados elementos nuevos durante el transcurso de un encuentro por la posibilidad de que el nivel de activación de los que entran no sea el adecuado, que tarden unos cuantos minutos en encontrar el ritmo del partido o, incluso, que las nuevas piezas no terminen de encajar como esperabas. Por eso lo habitual, salvo que quieras dar un giro radical al desarrollo del juego, era ir metiendo las piezas de una en una.
Plantilla. A medida que vayan pasando las jornadas y la acumulación de minutos empiece a pasar factura, la utilización de las plantillas por parte de los cuerpos técnicos cobrará un protagonismo vital para poder llegar a cumplir los objetivos. Ya hemos comprobado en esta primera jornada postparón que algunos de los equipos con más y mejor fondo de armario han podido decantar la balanza a su favor. El Villarreal, por ejemplo, pudo llevarse los tres puntos de Balaídos gracias a la entrada y al buen hacer de hombres como Trigueros, Bacca y Chukwueze.
Tener a todos metidos. Todo esto va a provocar que casi todos los jugadores tengan su oportunidad de aquí a final de curso, no va a quedar otra. Un nuevo escenario donde vuelvo a incidir en la importancia de tener a todos enchufados y al buen hacer de los entrenadores a la hora de disponer de sus piezas y de gestionar los descansos.
Cambiar medio equipo. Por último, cuantas veces pasa por la cabeza de un técnico después de ver la primera parte de su equipo: “Cambiaría a medio equipo”. Pues ahora lo puedes hacer. Tienes la posibilidad de darle un giro radical a tu idea y a los futbolistas elegidos en primer término si ves que la cosa está lejos de funcionar.