13 años han pasado: Tamudo, t’estimo
Es difícil explicar lo que te puede cambiar la vida en sólo 17 segundos. Es el tiempo exacto que transcurrió entre el gol heroico de Van Nistelrooy en La Romareda, en el último minuto de aquel Zaragoza-Real Madrid con el título de Liga metido en el vaivén del Puente Aéreo, y lo acontecido en el Camp Nou en el derbi catalán por antonomasia. El Madrid necesitaba sacar el mismo resultado que los azulgrana para llegar a la última jornada dependiendo de sí mismo (tenía que recibir al Mallorca en el Bernabéu). Fue en esa famosa Liga del Clavo Ardiendo (término acuñado en AS y jaleado durante la remontada por Toñín el Torero y todos los fieles madridistas), en la que los de Capello fueron remontando de forma épica ante el Espanyol (4-3), en Huelva (2-3) o en este comentado partido de Zaragoza. En el minuto 89 perdía 2-1 y el Barça ganaba 2-1. O sea, todo estaba perdido.
Pero marcó Van Nistelrooy, siempre al pie del cañón, y 17 segundos después, como conectado por un resorte que le avisó vía satélite, marcó Raúl Tamudo Montero. El 2-2 enmudeció el Camp Nou. No se lo podían creer. Y en La Romareda 4.000 madridistas vibraban ante la locura de lo acontecido. Esa Liga era nuestra y se la deberemos siempre a Tamudo, que además hizo justicia. El Barça se había puesto por delante en el marcador, con una Liga en juego, con un gol metido con la mano por Messi como si fuese un remate de voleibol. El árbitro no lo vio y el linier tampoco. Pero Tamudo despejó la polémica arbitral con un gol para la historia. Hoy se han cumplido 13 años, un número que en vez de dar mal fario a los madridistas les trae excelente recuerdos. Aquella Liga del Clavo Ardiendo se ganó una semana después ante el Mallorca (¡Reyes, gracias allá en el cielo!), la Liga número 30. El Bernabéu la celebró a lo grande, como nunca. Pero no olvidamos quien nos dio un asa de esa maravillosa Copa. Un chaval llamado Raúl, no podía ser de otra forma, y apellidado Tamudo. Eterno. Tamudo t’estimo.