Promesas de muchos triunfos

Existe una vieja idea algo romántica que pretende hacer del deporte una cosa que se debería alejar del dinero. Como si la economía fuera algo malo que vendría a ensuciar lo que toca. Una reflexión ridícula cuando vemos, por ejemplo, el número de empleos que el fútbol profesional ha creado en España. Los dos son compatibles, incluso se podría decir que la belleza del deporte está reforzada por una buena gestión económica. Ahí está este estudio de KPMG, que vuelve a poner al Real Madrid en cabeza de la lista de los clubes más valiosos de europea, para dar fe de ello.

Me parece tan importante como ganar una copa porque, en definitiva, es la promesa de conquistar títulos en un futuro cercano. Sin gran valor empresarial, no se puede competir en el terreno de juego. Menos cuando hoy en día existen clubes como el City o el PSG que pertenecen a rico estados. La rentabilidad del Madrid es, además, la garantía de su independencia, de poder seguir siendo de sus socios. Algo que ya no es habitual en el fútbol moderno, una especialidad que le da más fuerza todavía y más personalidad. Los partidos no sólo se juegan en el césped.