Las bandas del Bayern, un dilema para Favre
Fue un buen día para el Borussia Dortmund. Aunque no alcanzó en ningún momento el nivel de plenitud que sí ofreció el Bayern en su primer tiempo ante el Eintracht, la escuadra de Favre consiguió su objetivo: llegar con vida al duelo directo del próximo martes ante los de Flick. Con sólo cuatro puntos de desventaja. Teniendo en cuenta la dificultad que presentaban a priori sus respectivos choques de ayer sábado, seguramente lo habrían firmado. Visitar Wolfsburgo parecía una tarea mucho más complicada que la de recibir a un conjunto de Frankfurt en decadencia y que incluso podría acabar sufriendo por abajo. Sólo una comprensible laguna de concentración bávara puso en duda de manera efímera un partido tremendamente desequilibrado en Múnich. El Dortmund, en cambio, tuvo que sufrir ante un adversario que llevaba siete compromisos de Bundesliga sin caer.
En el duelo de la primera vuelta, el Bayern pasó por encima de su rival. Sirvió aquella goleada (4-0) para que Favre modificara la estructura de su equipo. Aquel día, Achraf fue destrozado como lateral derecho en una línea de cuatro, y los centrales naufragaron intentando detener a Lewandowski. Ahora el marroquí disfruta de la posición de carrilero al estar protegido por tres centrales y tiene menos responsabilidad defensiva. Pero en la gran batalla que puede decidir la Bundesliga deberá aplicarse en la contención ante la amenaza de un Alphonso Davies que ayer volvió a deslumbrar. Esa es la gran ecuación que deberá resolver Favre: si el jugador cedido por el Real Madrid se ocupa del canadiense, su central derecho (Piszczek) tendrá que hacer lo propio con Gnabry. Esto provocaría que, teniendo por el otro costado una amenaza similar con Pavard y Coman, el defensor del medio se quedara prácticamente solo ante Lewandowski. En resumen: el Dortmund defendería uno contra uno ante tres atacantes con una tremenda capacidad individual. Si se quiere proteger más, el conjunto amarillo diseñará un dispositivo en el que los teóricos mediapuntas (Brandt, Hazard, quizá Sancho) deberían defender como centrocampistas de banda y ocuparse ellos de los laterales del Bayern. De este modo, Achraf y Guerreiro se medirían a los extremos, quedando los tres centrales para controlar a Lewandowski y a las amenazas interiores de la segunda línea bávara. La decisión que tome Favre al respecto condicionará enormemente la contienda.
Para el técnico suizo, el triunfo en Wolfsburgo tuvo otras dos buenas noticias. Reapareció Emre Can, y lo hizo ocupando la posición de Hummels durante todo el segundo tiempo: como el más centrado de los tres defensores, una línea por detrás de donde suele jugar. Es un movimiento interesante que le da una nueva alternativa. La segunda satisfacción la entregó Sancho, muy dosificado en este regreso a la acción. Como suele ser habitual en él, resolvió de maravilla un contragolpe dando el pase adecuado en el momento preciso. Ya son treinta los goles que han salido de sus botas entre los que ha marcado y los que ha regalado.