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Más que un Cthulhu

Edgar Allan Poe y H.P. Lovecraft, entre otros, nos legaron excelentes relatos de terror mucho antes de que un señor suizo con demasiado tiempo libre fundara el Fútbol Club Barcelona. En realidad, esto es cierto solo a medias, pues Lovecraft sí que compartió espacio temporal con aquel Barça primigenio de Hans Gamper, aunque dudo mucho que fuera consciente de su existencia porque, entre otras cosas, lo que todavía no existía era el Diario AS. Eso descarta, por ejemplo, que su archiconocido monstruo Cthulhu tenga algo que ver con Chitalu, una creación posterior de nuestro compañero Tomás Roncero que reinventó este género fantástico con un relato de comienzo arrollador: "Entre fanfarrias, fuegos artificiales y loas desmesuradas por el presunto récord goleador de la historia firmado por Messi, en un bello rincón de África, Zambia, siguen llevando flores cada mañana a la tumba del verdadero dueño de este registro". El miedo, para surtir verdadero efecto en el lector, viene siempre precedido de cierta calma.

En el Barça actual, como en el cine, esa calma que antecede a la explosión de terror en algunos grandes clásicos de la literatura ha sido sustituida por el silencio: una técnica que nunca falla por aquello del factor sorpresa. Parece que fue ayer cuando, desde el club, se anunció una auditoría para explicar,""con luz y taquígrafos", lo que dio en bautizarse como el Barçagate. Pero no fue ayer, no: fue el 21 de febrero de este mismo año, dato importante porque no conviene descartar que el oscurantismo se prolongue durante décadas y sea entonces necesario explicar a nuestros nietos en qué año -o siglo- se inició aquella famosa investigación sobre los supuestos desmanes de i3VEntures y la parte contratante de la primera parte.

Messi controla un balón.
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Messi controla un balón.

El planteamiento, como ven, contiene todos los elementos necesarios para que, llegado el momento, el espectador se lleve las manos a la cara en gesto defensivo contra el espanto. Este Barça, más que un club, es ya un nuevo y tenebroso Cthulhu: malas noticias para el socio y aficionado culé, pero excelentes para el Festival de Terror de Molins del Rei y el restablecimiento de la vieja normalidad. Aquí no se consuela el que no quiere.