Messi puede entrenarse y Mireia no
El entrenador de Mireia Belmonte se pregunta por qué Messi puede entrenarse y Mireia no. De nuevo el fútbol en lenguas. Habría dos respuestas posibles a eso. Una es que el fútbol tiene urgencia, competiciones a la vista, un calendario que completar. La natación, no. Otra, que el buen funcionamiento del fútbol permite que de sus beneficios se detraigan cantidades significativas para el resto de federaciones. Pero quizá no sean las respuestas oportunas, podría parecer grosero. La respuesta sería que la pregunta no está bien formulada. La pregunta es ¿por qué Mireia no puede entrenarse debidamente en su club?
Y eso tiene más difícil respuesta. Abrir determinadas instalaciones para la vanguardia de nuestros deportistas, hablo de los CAR, de ciertas pistas de atletismo, de algunos gimnasios, es algo que ya se podría haber hecho. Eso sí: con los mismos intensos test y protocolos de seguridad con que se han abierto los espacios de entrenamiento para los futbolistas. Como está Mireia están muchos. Deportistas DAN hay casi 5.000, pero a los últimos JJ OO enviamos 306 deportistas. De ese orden o algo más es la vanguardia que habría que cuidar. Son menos que los futbolistas que ya pisan instalaciones, unos mil, entre Primera y Segunda.
Esto refuerza los injustos clichés antifutbolísticos que tanta rabia me dan. Sólo hay que ver la frase de Vergnoux. Y además produce en el conjunto del deporte federado la impresión de que a este nuevo CSD sólo le importa lo visible, el fútbol, a cuyo rebufo vive el baloncesto. Una exclusión de la que no se ha salvado, por más que la presidenta del organismo sea mujer, ni el fútbol femenino, que se ha visto ignorado en el que se esperaba que fuera el año de su consolidación. Urge remediar esto. Urge que el CSD cambie la mentalidad y se adentre en un trabajo arduo y sordo pero necesario, armonizando la vuelta al trabajo con garantías sanitarias.