Bienvenidos a Nueva Normalidad
Cuando alguien habla de nueva normalidad lo miro como el que mira un accidente. Coches doblados, cristales mezclados con sangre en el asfalto y yo observando con la cara enterrada entre los dedos, entre la repulsa y la curiosidad. El otro día lo leí en una nota de prensa de Javier Tebas en la que felicitaba a la Bundesliga por volver al tajo. "“Es una muy buena noticia para el regreso a una nueva normalidad", decía. Es tan incierta esa nueva normalidad. Antes, si te sucedía una desgracia podías regresar con suerte a la normalidad. ¿Ahora hacia dónde vamos? Imagino el futuro como esos suburbios residenciales de las películas americanas. "Bienvenidos a Nueva Normalidad" en un cartelón y la cámara mostrando una hilera de casitas con jardín y mil infiernos desconocidos en su interior.
También me da escalofríos la desescalada. Desescalar es una palabra improvisada para tiempos de improvisación. Lo más parecido que encuentras en el buscador de la RAE es desescamar y yo creo que para el fútbol deberíamos usar esta última. Porque van a desescamarlo por nuestro bien. Fuera los puestos de bufandas, las cervezas de la previa, los debates en el bar, los vuelcos al corazón en el campo. El fútbol podrá continuar pero sin su gente. Intuíamos que los aficionados eran escamas desde hace tiempo, pero nunca ha quedado más patente.
Escribo esto porque ya no me preocupa si el fútbol debe regresar sino cómo será cuando lo haga. Hace unos meses cite aquí a Jorge Valdano porque cree que este invento no cambiará nunca y eso me resultaba esperanzador. Ahora dudo. Todos recordamos la primera vez que asomamos la cabeza por el vomitorio para descubrir los estadios de los equipos a los que amamos. Esa hostia bautismal. El abrazo sudoroso de un desconocido con una bufanda idéntica a la tuya. El ruido de un balón estrellándose contra el poste. Son recuerdos físicos. Y ahora nos da miedo darle la mano al vecino… Como dice LaLiga, regresaremos a la nueva normalidad. A esa ciudad. Está por ver si nos gustará vivir allí.