El legado de Lombao
Bernardino Lombao, hasta hace bien poco, celebraba sus cumpleaños lanzándose desde el tejado de su casa –de sólo una planta- a la piscina. ¿Una locura? En absoluto. Como saltador de pértiga –categoría veteranos- sabía lo que hacía. Tanto, que al cumplir los 75 lo hizo, muy conscientemente, por última vez.
Lombao quería vivir muchos años. Y vivirlos en plenitud. Como deseaba a sus amigos, a quienes no cesaba en repetir: "Nuestros padres se jubilaron con 65 años, ya viejos, sin apenas vitalidad, y poco después se morían. A nosotros también nos jubilan con 65, pero con la diferencia de que nos quedan por delante 20 años, que pueden ser los mejores de nuestra vida si llegamos a ellos con salud y en forma, para lo que no tenemos más que cuidar la alimentación y hacer un poquito de ejercicio, porque como nuestro organismo va a ir a menos, tenemos que fortalecerlo... si es que queremos disfrutar esos 20 años que la vida nos regala".
A Lombao le han quedado cuatro por disfrutar.
Pero vete tranquilo. Nos has dejado un legado que nos permitirá acordarnos de ti cada día.