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Recuerdo estar aquella tarde sentado en el Vicente Calderón viendo los goles de Simeone y Kiko contra el Albacete que supusieron la conquista de aquella Liga. Recuerdo salir del estadio y regresar muy feliz al estudio de grabación donde estábamos grabando principalmente en horario de noche un disco precioso con Joaquín Sabina llamado Yo, mi, me, contigo. Recuerdo aquella noche durante la grabación, viendo en la televisión del estudio una y otra vez los goles repetidos, bendito bucle, y la celebración de jugadores y cuerpo técnico sobre el césped. Recuerdo la llamada telefónica de Joaquín un tiempo después diciéndome "Panchito, Panchito, nos han invitado a la fiesta de celebración del doblete en el Calderón, ¿vamos?", y también recuerdo haberle contestado “¡CLARO QUE VAMOS!”.

Recuerdo el día de la celebración el trajín en camerinos/vestuarios de Ketamas y Azúcares más o menos morenos y demás invitados, como jugadores y cuerpo técnico. Recuerdo que nos regalaron aquella camiseta con el logo MARBELLA en el pecho. Recuerdo haber pedido firmas a casi todos los jugadores, y recuerdo especialmente las firmas de Kiko, Pantic, Toni, etc. Recuerdo a Pantic contestándome "¿Joaquín Sabina?, no me suena de nada". Recuerdo la mini actuación en la que cantamos Pongamos que hablo del Atleti de Madrid e Y nos dieron las 10. Recuerdo a la gente rugiendo y queriendo a Joaquín muy fuerte. Recuerdo a la gente cantando "Es del Atleti, Sabina es del Atleti". Recuerdo a Joaquín mirándome con cara de no creerse lo que estaba pasando.

Antic, entre Biagini y Pantic, con el doblete de 1996.
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Antic, entre Biagini y Pantic, con el doblete de 1996.

Recuerdo llegar a mi casa con mi guitarra en la mano y mi camiseta firmada. Pero sobre todas estas cosas hermosas lo que más recuerdo sin duda es la amabilidad y la exquisita educación de Radomir Antic atendiendo a todo el mundo con una paciencia infinita y una sonrisa de oreja a oreja, en esa noche en la que él era el único y absoluto héroe sobre la faz de la tierra.

Recuerdo a Radomir Antic.