Viendo Teledeporte y Eurosport por si...
El coronavirus está provocando un movimiento tectónico que va desplazando más y más allá las fechas previstas para el ciclismo. A día de hoy, el Tour ha decidido fiarlo largo. Ya saben: comenzar el 29 de agosto para terminar el 20 de septiembre. El plan sería hacer de inmediato los Mundiales, hasta el 27, luego el Giro, que viene colgado desde mayo-junio, y finalmente la Vuelta, quizá coincidiendo alguna semana con el Giro y pisando ya una de noviembre. Aunque a lo peor todo esto no sea más que castillos en el aire, porque la última palabra la tiene el coronavirus. Además, el ciclismo lo tiene peor que otros, por la cantidad de gente que mueve.
Por poner el mejor ejemplo, el fútbol planea, en España y en casi todas partes, terminar a puerta cerrada. Un partido a puerta cerrada supone manejar un número de personas controlable. Los que se disputaron antes del cierre movieron a 250 personas, pero a base de 10 directivos por club, 14 recogepelotas... Tirando por lo alto en casi todo. Hoy, ante la severidad de la situación, debería hacerse con menos. Pongamos que fueran entre 100 y 150, desplegadas en un espacio controlable. Pero una gran ronda ciclista es otra cosa. Una gran ronda mueve 3.000 personas. Podría reducirse quizá en 500, pero no mucho más.
Así que hablamos de 2.500 personas recorriendo un país, de la Ceca a la Meca, día por día, ocupando hoteles, comiendo en restaurantes. Apretujando 150 corredores en la salida hasta que se alza el banderín. Más el previsible movimiento de curiosos en la salida, en la meta, en el paso por pueblos, en los tramos emocionantes de los puertos, todo muy difícil de controlar. La facilidad de contagio del coronavirus encontraría un medio ideal. Lo veo irrealizable, ojalá me equivoque. De momento, disfrutemos esas tardes de Teledeporte y Eurosport con lo mejor de años pasados, no sea que nos quedemos sin ver carreras en directo todo el año.