Pardeza, Angelópolis, fútbol y literatura
Miguel Pardeza fue el quinto de la Quinta. Le faltó una peseta para el duro, o un puntito de suerte para alcanzar la gloria de sus compañeros, aunque no puede quejarse: tuvo un gran año en el Madrid y una gran carrera en el Zaragoza, donde dejó estupendo recuerdo, y fue mundialista en Italia-90. Era conocida su pasión por la lectura, escribió en periódicos como especialista en fútbol, pero también se atreve con la ficción. De no ser por el tiempo excepcional que estamos viviendo, ya estaría distribuida su novela, de título 'Angelópolis', y de la que un amigo crítico literario, nada futbolero por cierto, me dice que es magnífica.
El fútbol y la lectura, y no digamos ya la escritura, habían casado históricamente mal. Pahiño, un gallego goleador a caballo entre los 40 y los 50 que llevó el '9' del Madrid justo antes que Di Stéfano, fue mirado con desconfianza por compañeros y entrenadores a causa de esa afición. En las concentraciones se metía a leer al baño para no molestar al compañero de habitación, o para que el entrenador no viera el hilillo de luz bajo la puerta en sus recorridos de inspección. Por suerte, Valdano supo acercar a estos dos mundos. Ahora los escritores pueden hablar de fútbol y al jugador que lee no se le mira como a un extravagante.
Pardeza ya no fue molestado por leer. Y ahora se lanza con una novela, sólo relativamente autobiográfica, que cuenta el fútbol desde el ocaso de su carrera (la acción se inicia cuando terminó en el Puebla, conocido en México también como Angelópolis), que emparenta con un primer libro, 'Torneo', que publicó en 2016, inspirado en su época de canterano del Madrid. El comienzo y el ocaso, los periodos de más intensas sensaciones vitales para el futbolista. Aún son muy escasos (Camus aparte, que fue futbolista sólo de paso, aunque paso apasionado) los lazos entre escritura y fútbol. Por eso es muy bienvenida esta aportación.