Sainz vuelve a ilusionar
Tras una gran temporada de debut en McLaren, llega el momento de que Carlos Sainz afiance su posición en la escudería de Woking. Durante 2019 no sólo cumplió con las expectativas sino que las superó, así que el desafío que ahora tiene por delante es mayúsculo. El madrileño no se amedrenta ante semejantes exigencias, durante toda su trayectoria de piloto ha tenido que ganarse paso a paso sus galones, por mucho que algunos intentaran durante un tiempo menospreciarle con el cartel de hijo de padre ilustre. Esta será una temporada de Fórmula 1 de cierta transición, todo cambiará significativamente el año próximo y, en principio, no debería pronosticarse hasta entonces un cambio significativo de papeles entre los grandes protagonistas del certamen.
McLaren, sin embargo, quiere mantener su progresión a la espera del que puede ser su relanzamiento definitivo cuando lleguen los motores Mercedes en 2021. En ese camino hacia la excelencia, que abandonó hace ya demasiado, debe acompañarles Sainz, que se encuentra en un momento de madurez que invita al optimismo. Su proyecto resulta ilusionante y la forma en la que se ha preparado anticipa sus ambiciones. Los 96 puntos del año pasado, el podio de Brasil y la sexta posición final en el Mundial configuran una referencia nada sencilla de repetir, aunque con seguridad eso es lo que pretende. Ser hijo de un campeón sí que le ha servido para llevar en la sangre el espíritu del sacrificio, la superación y el hambre de triunfo, así que seguro que por él no va a quedar.