El abuelo Cebolleta es un personaje creado por el dibujante Manuel Vázquez que no paraba de hablar y contar batallitas. Las historietas del cómic La familia Cebolleta, que Bruguera editó hasta mediados de los 60, tuvieron tanto éxito que aún hoy seguimos acordándonos del abuelo cuando alguien se enrolla. Ayer escuché en el programa Què T'hi Jugues de la Cadena SER que Quique Setién ya tiene apodo en el vestuario del Barça: Cebolleta.

Más antiguo que el abuelo Cebolleta y Setién es fichar a un jugador como maniobra de distracción. Era previsible que después del sopapo en Mestalla, Bartomeu se sacara un conejo de la chistera para no afrontar la realidad. Siguiendo con el mundo del cómic, él podría ser El botones Sacarino, que era el campeón del desatino. Porque el desbarajuste que vive el Barça es obra suya y lleva su firma como presidente, vicepresidente deportivo y mánager. Fue él quien decidió despedir a Valverde con el equipo líder en LaLiga y en octavos de la Champions y envió a Òscar Grau en plan Anacleto, agente secreto para cerrar el fichaje de Xavi en Qatar. Xavi dijo que no, Koeman que tampoco y el secretario técnico Eric Abidal y su ayudante Ramón Planes, como Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio, dieron su dictamen a favor de Setién en la junta directiva en la que se aprobó su contratación. Ahora que el entrenador ya tiene mote y que se ha filtrado que los jugadores andan desconcertados intentando asimilar sus ideas, la respuesta de Bartomeu fue ir a por Rodrigo en una operación rocambolesca y que se ha truncado, con Jorge Mendes como estrella invitada en su papel de Tío Gilito.

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El Barça se ha convertido en el 13, Rue del Percebe del gran Ibáñez y se han empeñado en arreglar la casa por el tejado, pero si se les cae encima sería injusto culpar a Setién. Bartomeu, la directiva y los jugadores son La familia Trapisonda, un grupito que es la monda, aunque sospecho que a los culés maldita la gracia que les está haciendo toda esta historia.