Terminó la primera vuelta con el Barça como ‘campeón de invierno’ por corto margen (28-26 en diferencia de goles, casi ‘foto-finish’), empatados como están ambos a 40 puntos, número bíblico. La cuenta sale sola: cuarenta por dos, ochenta, así que a este ritmo por ahí andaría la puntuación final del campeón. ¿Dónde quedaron las ligas de cien puntos? El tiempo se las llevó, tanto por el crecimiento del valor medio del campeonato, gracias al mejor reparto del dinero de televisión, como por cierto descenso en ambos. El Barça perdió a Xavi e Iniesta, y la fórmula del tiqui-taca. El Madrid ha perdido a Cristiano, y con él muchos goles.

Hablaba de la diferencia de goles entre ambos. 49-23 muestra la tarjeta del Barça, 36-12 la del Madrid. El Barça hace los goles que debe, pero encaja más. Todo viene de lo mismo. El equipo perdió el orden, no maneja los partidos, Busquets lo pasa mal y los contrarios le llegan. El Madrid es más firme atrás, con el escudo de Casemiro por delante de un Sergio Ramos que sigue colosal, y con Courtois muy asentado tras dudas iniciales, pero arriba Benzema se ha quedado solo. Bale se declara abstencionista y Hazard, entre pitos y flautas, sólo ha marcado un gol. Claro, que el Madrid se puede consolar mirando al vecino, que anda peor.

Porque el Atlético es tercero, su puesto natural, con sólo 22 goles en 19 partidos. Diego Costa ya no estaba antes de lesionarse, Morata cae demasiado en fuera de juego y a João Félix le seguimos esperando. El equipo está ahí por intensidad cholista del juego del grupo y los prodigios de Oblak. También el gol es el déficit del Sevilla de Lopetegui, cuarto a base, igualmente, de intensidad. Ellos cuatro son la vanguardia del campeonato, los que ocupan puestos Champions, y de todos ellos, como se ve, se puede exigir mejora. Se mire como se mire, falta brillo en las alturas del campeonato. A ver si lo encontramos en la segunda vuelta.