Informe Robinson y La Quinta del Buitre

Todos los ‘Informe Robinson’ vienen siendo excelentes, pero no puedo dejar de distinguir el que anda estos días en programación, sobre ‘La Quinta del Buitre’. Un homenaje atinado a un tiempo en el que el madridismo disfrutó como nunca con el juego de unos muchachos madrileños que jugaron un fútbol de ataque generoso y eficaz. Alcancé a ver el Madrid de Di Stéfano, Puskas y Gento, seguí todas las grandes épocas sucesivas: los ye-yés, los ‘Garcías’, la ‘Quinta de los Ferraris’, los ‘Galácticos’ o esta reciente de las proezas de Cristiano y cía, pero nunca vi tanto entusiasmo en el Bernabéu como en aquella segunda mitad de los ochenta.

A Madrid le vino en buen momento. Estaba cuajada la Transición, que consolidó la España Autonómica, en la que los madrileños nos sentimos un poco raros. Cada cual invocaba con todo derecho sus raíces y Madrid se fue quedando fuera de todo, hasta crear a desgana su propia autonomía, con una bandera inventada y un himno que ninguno nos sabemos. Entonces nos abrazamos a nuestro alcalde, con sus bandos en castellano antiguo, a nuestros jóvenes músicos, agrupados en La Movida, a nuestra Feria taurina, con Antoñete de icono, y a ese Real Madrid en el que hacían maravillas cuatro chicos de clase media madrileña.

Los cuatro participan con sus testimonios, su juego, sus personalidades bien diferenciadas. El conjunto es el retrato de una época que va quedando lejos, pero no se olvida. Al esfumarse dejó, sí, cierta conclusión de obra inconclusa, porque aquellas cinco ligas consecutivas pedían al menos una Copa de Europa, pero en el mejor de sus años los hados del fútbol les dieron la espalda en aquella noche en Eindhoven. Luego, a su desilusión se sumó la aparición de un Milán tremendo. Sólo Sanchís, ya con los ferraris, pudo levantarla en nombre de todos. Pero juntos escribieron una página inolvidable que ese documental revive bella y fielmente.