No habrá fichajes de invierno en el Real Madrid. Zinedine Zidane tendrá que tirar hasta el final de temporada con lo que tiene, que no es poco. El restringido mercado de enero no ofrece nada tentador porque no existe un delantero asequible y de garantías. Ahí está Luka Jovic, perseguido por media Europa y resulta que todavía estaba sin cocinar. El vacío dejado por Cristiano Ronaldo no se llenará con nadie, es un aforismo que, más tarde o más temprano, todo el mundo asumirá. No queda otra que tirar hacia adelante con ese estigma, la figura del portugués va a seguir dando sombra a todo lo que hay y a todo lo que pudiera venir en un futuro cercano.

Por lo demás, la plantilla está fuerte, compensada en el medio, la línea clave en este Real Madrid, y recia en defensa, donde Eder Militao y el francés Mendy han mejorado las opciones que había en el banquillo. Thibaut Courtois ha cerrado el debate en la portería, solucionando un problema estructural de años. Así que no queda otra más que competir, sabiendo que otros equipos tienen más potencial goleador y que lo que pueda conseguir este equipo estará fundamentado en el equilibrio y no en la brillantez ofensiva. Y el próximo verano, el panorama será parecido...