A la tercera debe ir la vencida
Tras encandenar dos errores en el banquillo con Gallego y Machín, el Espanyol espera que Abelardo repita lo que ya logró con el Alavés. De todos los nombres que han estado encima de la mesa, el del asturiano era el único con la experiencia de haber resucitado un equipo con el acta de defunción en la imprenta: lo cogió en la jornada 14 a seis puntos de la permanencia y lo dejó 18 por encima. Un ejemplo de que hay cursos en los que las salvación está barata. Eso espera el Espanyol.
La experiencia de Abelardo en situaciones críticas y su éxito en Vitoria pone encima de la mesa este debate. Porque, por norma general, los experimientos suelen salir mal salvo excepciones. Guardiola subió del filial y ganó cuatro Ligas y Pochettino, hasta entonces en el Femenino, salvó al Espanyol sin experiencia. Pero esos casos son la excepción y no la norma. Un ejemplo lo tenemos este curso. Gallego nunca había entrenado en Primera, y debutar en un equipo que juegue en Europa son palabras mayores. Acabó fuera. Machín solo resucitó al Girona en Segunda, pero nunca en Primera se midió a esta situación. Acabó fuera. Lo mismo pasó con Tintín, Mané o Galca. La experiencia es un grado. ¿Será suficiente?