Heroico Courtois

El último segundo. Así me hice hincha del Madrid siendo un crío, con un gol de Pirri en el Benito Villamarín en el último segundo. "Hijo, el Madrid nunca se rinde hasta que pita el árbitro", me aclaraba mi padre. Por eso me dejé la garganta celebrando el gol del minuto 95, con el chutazo de Karim que nos da en Valencia un punto que sabe a gloria en la antesala del Clásico. Me rindo ante Courtois, con el que fui severo en su momento pero al que ahora rindo pleitesía gustoso y feliz. Su acción del último segundo jamás la olvidaré. Fue digna del portero titular del Real Madrid. Subió al remate como un lobo, cabeceó como Santillana obligando a rechazar a Jaume como fuera y Benzema, que ya ha dado caza a Messi en el pichichi, metió el gol del éxtasis y de las Fallas madridistas. Nunca pensé que un empate iba a provocar un descontrol emocional tan intenso. Subidón total.

Gran Tibu. Ojo, sería un error valorar a Courtois sólo por su heroica acción final. De hecho, el equipo llegó vivo a esa recta final gracias a sus intervenciones. A Ferran Torres y a Manu Vallejo les sacó dos mano a mano determinantes. Sus paradones y su fe contagiaron a un Madrid que pagó la ausencia de Casemiro (¡maldita alerta amarilla!), lo que permitió acabar el partido volcados sobre la portería de la tropa de Celades, con Vinicius, Benzema, Bale y Jovic buscando a la desesperada el punto de la esperanza antes de la gran batalla del Camp Nou.

Nacho, corazón blanco. El 23 de abril de 2011, en pleno Sábado Santo, Nacho Fernández debutó con la camiseta del Real Madrid en Mestalla. Mourinho le dio la alegría de su vida. Con 21 años y el dorsal ‘35’ a la espalda, en un once plagado de suplentes formado por Casillas; Albiol, Garay (ahora en el Valencia), Carvalho, Nacho; Lass, Granero, Canales; Kaká, Higuaín (hizo un hat-trick) y Benzema. Nacho veía cumplido el esfuerzo desarrollado durante años y años en la cantera del equipo de sus sueños. Jugó de lateral izquierdo, como hoy. Estuvo espléndido. Y su Madrid arrasó al Valencia con un set inolvidable (3-6), hasta ese momento la mayor goleada sufrida por el Valencia en casa en sus 76 años de historia. Nacho no escondió su emoción: "La camiseta va a ser para mi familia, yo me quedo con el balón. No voy a olvidar este día en toda mi vida". Y eso que aquel once estuvo plagado de suplentes. Sólo repetían Casillas y Carvalho, dado que tres días antes y también en Mestalla los blancos habían tocado la gloria ganándole la Copa al Barça de Guardiola, con ese golazo inolvidable de cabeza de Cristiano en una prórroga que rompió el share televisivo y vació las calles de este país. El Madrid fue el Rey de Mestalla durante 96 horas que han quedado para la historia. Y este gol épico de Courtois-Benzema se une ahora a la colección de momentos felices que hemos vivido los madridistas junto al Turia...

A por el Barça. Con ese contagioso espíritu irreductible debe acudir el Madrid el miércoles a Barcelona. Al igual que ha pasado hoy con un gran Valencia (Parejo está que se sale y Ferran Torres y Carlos Soler son dos cracks potenciales), el Madrid se va a encontrar un Barça hipermotivado y lanzado como sea para interrumpir la gran racha de Zidane y sus chicos. Pero el Madrid se crece en estas situaciones y tengo mucha fe en la gran cita del 18-D. Me trasladan su optimismo las peñas de Picanya y Torrent (Valencia), Torrevieja (Alicante), Villacarrillo (Jaén) y ‘La Picota’ de Fuensalida (Toledo). ¡Gracias, Tibu!