Jon Rahm, a la estela de las leyendas

¿Se imaginan que un fin de semana se jugara el último torneo de tenis o se corriera la última carrera de ciclismo y al siguiente comenzaran ya sus nuevas temporadas? Pues eso es lo que ocurre en otro deporte individual como el golf. El 24 de noviembre, Jon Rahm ganaba el World Tour Championship, el cierre del Circuito Europeo, un triunfo que, de paso, le coronó en la Race to Dubái, que es el nombre que recibe actualmente la Orden de Mérito. Sólo un domingo después, el 1 de diciembre, otro español, Pablo Larrazábal, vencía en el Alfred Dunhill, que es la primera cita del curso entrante. Paralelamente, este miércoles arrancó el Hero World Challenge, un evento no oficial organizado por Tiger Woods que abre el calendario del PGA Tour. Allí vuelve a jugar Rahm, que inaugura así la campaña americana, en un torneo que ya conquistó en 2018. El golf tiene esta peculiaridad, apenas deja semanas liberadas en el año, son los jugadores quienes programan sus reposos. Rahm­bo sigue en activo por estas fechas de diciembre, aunque parará en unos días para pasar por capilla y tomarse un descanso.

Rahm ha empezado ya oficialmente la temporada 2020 con dos retos: el número uno mundial y la victoria en un Major. Ambos están a tiro. El vasco, que es el más joven del top-10 a sus 25 años, ocupa el tercer puesto, por detrás de Brooks Koepka y Rory McIlroy, después de su triunfo en Dubái. Allí aumentó su meteórica colección de récords, al convertirse en el segundo español en llevarse la Orden de Mérito, tras el eterno Severiano Ballesteros, lo que le ha valido también la elección de Jugador del Año en Europa. El éxito en un Grande está igualmente cerca, como demuestra su tercer puesto en el US Open 2019, o los cuartos en el Masters de Augusta y el Campeonato de la PGA en 2018. Sólo es cuestión de tiempo. Su ratio de victorias supera el 10%, algo que sólo han logrado Tiger y Greg Norman, dos leyendas. Ese es su camino.