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AXEL TORRES

Polonia y Suecia son ordenados pero inferiores a España

Buen sorteo para España. Aunque Polonia cuenta con la amenaza de Lewandowski y Suecia es agresiva y pesada, son dos equipos de menor nivel.

Los goles de Lewandowski han convertido a Polonia en un clásico

En la era Lewandowski, Polonia se ha convertido en un clásico de las fases finales. Ésta será su cuarta Eurocopa consecutiva, alcanzando los cuartos en la última, la de Francia 2016. Allí tuvo contra las cuerdas a la que acabaría siendo la campeona, Portugal, ante la que se adelantó en el marcador y cayó sólo en la tanda de penaltis. Se marchó sin perder ni un partido, quinta en el ránking final, firmando la mejor clasificación de su historia en el torneo. También estuvo presente en el Mundial de Rusia, aunque allí no superó la primera fase. Llegará a la cita de 2020 habiendo ganado con solvencia un grupo en el que Austria, Eslovenia, Macedonia e Israel pelearon hasta el final por la segunda plaza. El impacto del delantero del Bayern es tan importante que los buenos resultados de Polonia parecen explicarse sólo a partir de su eficacia goleadora.

Nadie habla de su técnico, Jerzy Brzęczek, casi más famoso por un detalle biográfico que por lo meramente futbolístico. Es el tío de Kuba Błaszczykowski: en concreto, el hermano de la madre, que fue asesinada por su marido cuando el ex jugador del Borussia Dortmund, que presenció la escena, tenía 10 años. Brzęczek, que fue jugador y ganó la medalla de plata con la selección polaca en los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, le convenció para que continuara jugando y ejerció en él una gran influencia. Pero Lewandowski no juega solo. El renacido Krychowiak del Lokomotiv y un Zielinski que en el Nápoles se ha convertido en uno de los llegadores más interesantes de la liga italiana le proporcionan alianzas desde la segunda línea. La plaza de acompañante del nueve cuando Brzęczek se decanta por un 4-4-2 se la suelen disputar Milik y un Piatek que esta temporada en el Milan está registrando peores números. De todos modos, tras la derrota ante Eslovenia en la fase de clasificación ha acabado jugando en 4-2-3-1 los últimos cinco choques. Hay debate en la portería: Fabianski y Szczesny se han repartido los encuentros, pero el de la Juventus, que está en un gran momento, puede aprovechar la actual lesión del del West Ham para hacerse con el puesto.

Suecia, un incordio conocido

España ya sabe lo que es enfrentarse a la Suecia de Janne Andersson. Un bloque férreo que no te concede espacios, que defiende con orden, que se caracteriza por su disciplina posicional y por su espíritu grupal. Y que en las bandas se permite la licencia de dejar caer algo de talento con Forsberg y Larsson, los asistentes por excelencia de dos delanteros que pelean todos los balones largos y que molestan a los defensores por su incansable capacidad de acudir con energía a las disputas cuerpo a cuerpo. En Solna, Rodrigo evitó en el 92’ una derrota que habría ensuciado el registro inmaculado de la selección que entonces dirigía Robert Moreno. Ni el 3-0 del Bernabéu se puede observar como un precedente cómodo: todos los goles llegaron en el segundo tiempo y los dos primeros fueron de penalti.

El clásico 4-4-2 nórdico es el sistema elegido por un técnico que da mucha importancia a las acciones de estrategia y que suele decantarse por centrales agresivos, buenos por arriba y con más dificultades a la hora de girar o cubrir su espalda. Grandqvist es el líder de esa zaga y el que mejor define el prototipo. En el medio, el doble pivote es para los más trabajadores, mientras que la distinción técnica se deja para los costados. La idea es evitar pérdidas en zonas de riesgo, y que los que se atreven en el uno contra uno, como Forsberg, lo intenten en áreas menos delicadas. Aunque Berg, que sigue siendo la referencia en ataque, es un punta más directo que talentoso, los jóvenes que han ido entrando en esta última fase de clasificación le han dado a Suecia algo más de calidad asociativa. Kris Olsson, Alex Isak o Robin Quaison han elevado el nivel del grupo. Y aún puede hacerlo más Dejan Kulusevski, un potente media punta del Atalanta cedido en el Parma por el que se pelean todos los grandes de Italia. Andersson ya le ha hecho debutar.