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El sueño olímpico de cada mañana

El 20 de agosto de 2016, cuando el calendario español ya marcaba el 21, Ruth Beitia se proclamó campeona en Río de Janeiro. Cuatro días antes, Orlando Ortega había llorado de alegría con una plata al cuello. Son las dos últimas medallas olímpicas de nuestro atletismo. Orlando todavía sigue ahí, habituado a los puestos del podio, como nos recuerda su reciente y accidentado bronce mundial. Beitia se retiró y dejó una sensación de vértigo a su estela. ¿Quién viene detrás? En estos años, España ha vivido una transición atlética que no garantiza las medallas en los próximos Juegos de Tokio, pero sí asegura algo que en temporadas anteriores no estaba generalizado en el equipo: el espíritu guerrero, el inconformismo, el afán de superación… La llegada de Raúl Chapado al frente de la Federación ha aportado sobre todo eso: la pasión por competir. El presidente de la RFEA participó este miércoles en el segundo Desayuno Olímpico de AS. Y lo hizo acompañado de dos atletas que personalizan ese ejemplo: Fernando Carro y Celia Antón. Ganarán o no, pero se dejarán el alma en ello.

Chapado nos brindó el esperanzador titular de que hay ocho atletas españoles, y puede que se quede corto, que actualmente piensan cada mañana en una medalla en Tokio 2020, que intuyen que en unas condiciones adecuadas, pueden pujar por el laurel olímpico. No quiere decir que se vayan a conseguir todas, ni mucho menos. La frase no equivale a una quiniela, sino a un sentimiento. Sólo si confías en que puedes codearte con los grandes, serás un día grande. Orlando Ortega, Ana Peleteiro, Eusebio Cáceres, Javier Cienfuegos, Adrián Ben, Jorge Ureña, los marchadores, el 4x400, el propio Carro… Cuatro años después, no sabemos si España volverá de Japón con las manos llenas, si se culminará la sucesión de Ruth Beitia, pero sí que el vértigo ya no es tan mareante.