Zidane: mano firme para un buen fin de año
Tras el bochornoso sainete de Bale y la lesión de James, Zidane afronta el complicado tramo final de año con un montón de combinaciones para seguir con la buena racha de resultados cortada por el parón de selecciones. El francés tiene que medir muy bien los tiempos, los descansos y los egos para cumplir con su especialidad: seguir con casi todos enchufados hasta el final. La cantidad de partidos en los próximos 30 días va a dar oportunidades a casi todos, pero la situación se complicará cuando lleguen los minutos que todos los futbolistas importantes quieren jugar. La línea de tres de ataque es la que presenta más dudas, porque Hazard y Benzema son indiscutibles y solo queda un puesto a repartir. Rodrygo ha merecido partir con ventaja y dejarle en el banquillo no sería demasiado comprensible, sobre todo porque Vinicius no termina de arrancar y Bale lleva un mes riéndose de su entrenador y sus compañeros.
El club se ha puesto de lado ante las reiteradas faltas de respeto del galés y el marrón se lo va a tener que comer solito Zizou. Ponerle sería un mal mensaje para el resto del vestuario y una injusticia para los compañeros que se dejan la piel en los entrenamientos; dejarle en el banquillo o en la grada podría ser interpretado como un órdago al presidente, que le sigue viendo como un activo importante para la institución. Zizou, que está hasta la coronilla del tema, tiene que acertar en sus decisiones para que los brotes verdes vistos en los últimos partidos se confirmen y el equipo acabe el año donde debe: como uno de los favoritos en todos los títulos en juego.