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A ver si Mou se lleva a Bale...

El Tottenham ficha a Mourinho tras despedir a Pochettino, el hombre de sus últimos éxitos. El Tottenham es un club de noble raíz. En su día abrió las ventanas del fútbol inglés a un modelo menos primitivo. Fue en los sesenta, cuando se puso en manos de Arthur Rowe, luego Sir, que bebió en las fuentes de la ‘Escuela del Danubio’. Él contrapropuso el ‘push and run’ (toca y trota) al ‘kick and rush’ (patea y corre) clásico. El Tottenham vivió un tiempo feliz, encabezó un periodo de entendimiento entre los viejos principios del fútbol inglés y lo que se venteaba de fuera. La victoria en el Mundial 66 tuvo que ver con eso.

En ese buen viejo club ha ejercido estos años Pochettino, que tan familiar nos resulta. Ha colocado al Tottenham por encima de su estatura de los últimos decenios, llegando incluso a una final de la Champions (la pasada temporada contra el Liverpool) Pero, como bien nos contó Guillem Balagué ayer en AS, la falta de fichajes por la inversión en el nuevo estadio ha hecho que el equipo se cayera. (Dicho sea de paso, ésta es buena ocasión para felicitar al Atlético, que ha hecho un gran estadio de nueva planta sin que se resintiera la capacidad competitiva de su plantilla). Pochettino cae, víctima sin derecho a apelación de los resultados.

Le sustituye Mourinho, lejano del sesgo ilustrado de Rowe y de Pochettino. Para muchos madridistas es un alivio. El tipo que le metió un dedo en el ojo a Tito Vilanova en ignominiosa maniobra espaldera celebrada por el florentinato (tu dedo señala nuestro camino), andaba suelto. Muchos temíamos que Florentino le añorase y que ante cualquier contratiempo de Zidane tirara de él. Bueno, pues la amenaza se disuelve. Ahora sólo falta que recupere para el Tottenham a Bale, cuyos desprecios al madridismo ya pasan de castaño oscuro. De allí vino, que allí vuelva, y que tanta gloria lleve como paz deje. Amén.