Portu ratifica el valor de lo diferente
Vivir desmarcado
La indefinición de Barcelona y Madrid descabeza LaLiga, equilibra las fuerzas de igualdad y reanima la energía competitiva de los demás contendientes. El duelo entre los dos equipos de moda acabó con la Real Sociedad aupada al coliderato en Granada. Son los de Imanol un bloque con una identidad clara y un futbolista con aroma a otras épocas pasadas. Portu representa por su hambre, vigor y ritmo a una Real pretérita, pero su personalidad también engrandece las singularidades de la de ahora. Los dos movimientos de fuera a dentro en sus dos goles de Los Cármenes remiten a su condición de jugador vertical y profundo. Aun sin Odegaard, la Real transitó por la derecha (40 ataques realizados) más que por cualquier otra zona del campo. Portu está siempre desmarcado.
La furia reprimida
El delantero de toda la vida subordina el juego al gol. Es una cuestión natural. A Sandro le tocó ensanchar sus virtudes a otros registros mientras su obsesión y mal fario crecían. 23 meses,101 semanas o 710 días es demasiado tiempo sin marcar. Casi dos años en los que su falta de precisión, el acierto rival o la mala fortuna le atormentaron. El final del ocaso llegó ante el Mallorca en un disparo rabioso y una celebración desaforada por todo lo padecido. Sandro ha necesitado 57 partidos y 91 acciones de remate, penalti fallado incluido, para volver a sentirse un delantero pleno.
Despertar al contrario
Indescifrable en un mismo partido, todavía sin encontrarse, el Valencia salió de un lío en Cornellá. Casi le sacó el Espanyol. Tan bien había presionado el conjunto perico en el primer tiempo que no se entiende que reculara tanto con el marcador a favor. Se olvidó de maniatar a Parejo y el Valencia reparó en la superioridad numérica que tenía en banda ante la estructura de carrileros de Machín para girar a la defensa adversaria. El ritmo de la posesión de lado a lado se agudizó y los envíos laterales se sucedieron. El penalti y el gol de la remontada de Maxi Gómez tuvieron el mismo origen.
La trascendencia silenciosa
Desplazado por las luces del tren ofensivo liderado por Cazorla, Zambo Anguissa tiene una importancia crítica en el sistema del Villarreal. El medio centro abarca todo el terreno de juego, se multiplica en las tareas de destrucción y contiene sus equivocaciones con el balón. Su función correctora se redobló contra el Athletic y le convirtió en el futbolista de campo que más recuperaciones sumó esta jornada (11). Queda lejos ya ese centrocampista desigual, de planta física envidiable pero muy errático con la pelota, que disputó aquella final de Europa League con el Olympique de Marsella ante el Atlético. Simeone ordenó una presión asfixiante sobre su figura dirigida por Gabi y el equipo rojiblanco empezó a ganar el partido por ahí. Del Anguissa de ahora se puede uno fiar.
La mudanza inacabada
A Escribá le echan y el Celta busca su quinto entrenador en año y medio. No sabe lo que quiere ni a lo que juega y el baile de técnicos es sólo un síntoma de la crisis existencial que sufre. Desde el adiós de Berizzo ha perdido el norte. El caos defensivo y el inoperante diseño en la salida de balón inhabilitan cualquier hallazgo talentoso en el último tercio del campo. Todo rival conoce las debilidades del Celta. El Getafe fue su último verdugo a base de presentar un bloque medio-alto activo que le permitió robar hasta 15 balones y hacerse con 25 rechaces en campo contrario. El Celta no tuvo escapatoria y la banda izquierda de los de Bordalás, que por primera vez juntó de inicio a Cucurella y Kenedy, se encargó de cristalizar la diferencia.