Con casta y un 'penaltito'
El Valencia ganó en Cornellà, que es lo que le urgía, y con los tres puntos en su casillero, con la autoestima que ello conlleva, vayamos con el análisis. Al Espanyol le entró vértigo al verse con ventaja en el marcador y el Valencia se aprovechó de ello. De ello y de un 'penaltito' por empujón a Rodrigo. Pero así como los de Celades ganaron pocos duelos hasta el descanso, tras volver del vestuario solo ellos jugaron para ganar. Otra prueba de que el equipo blanquinegrino tiene orgullo y calidad, pero también otro partido en el que demostró lo mucho que le queda para estar donde debiera. El Valencia de Celades sigue sin dejar claro si va o viene, aunque el resultado le da relativa tranquilidad, al menos la tendrá hasta el martes, día que le visita el Lille, un rival que le exigirá más que este Espanyol.
El partido arrancó con una clamorosa ocasión de Cheryshev y una gran parada de Cillessen. Luego al Valencia se le complicó la matinal con el penalti de Kondgobia, una acción que lleva a una reflexión: ¿En qué piensan los futbolistas cuando saltan con las manos así? Porque si no las ve el árbitro en directo las verá seguro el del VAR. Además no es el primero ni el segundo ni tan siquiera el tercer penalti que le pitan este año al Valencia por manos. Ahí los de Celades quedaron tocados y parecía que se podían hundir cuando el VAR se percató de las manos de Diakhaby, que anularon el primero de los penaltis señalados a favor de los ché. Pero el Espanyol ni tan siquiera supo aprovecharse del efecto anímico de la tecnología y el Valencia siguió y siguió hasta que primero empató y después ganó. Con gol de Maxi Gómez, cuyos guarismos cara a puerta le confirman como un buen refuerzo.