A Rodrygo no le afecta la ansiedad
El segundo partido entre semana del Real Madrid fue igual de sencillo que el primero. Derrotó al Leganés con la misma facilidad que a Osasuna en una situación de características muy parecidas: dos equipos que no contabilizaban la visita al Bernabéu como un objetivo prioritario. El equipo navarro cambió al 90% de sus jugadores. El Leganés cambió a la mitad del equipo, pero el mensaje de Luis Cembranos, su nuevo entrenador, había quedado muy claro después de la victoria frente al Mallorca en la jornada anterior. La atención no estaba en el Real Madrid, sino en el Eibar, el próximo adversario y rival directo en el largo combate por mantener la categoría.
Al Madrid le bastaron ocho minutos para sellar el partido, que tuvo el aire de un entrenamiento ligero. La alineación dijo mucho de la criba de Zidane. Jugaron los que apuntan a titulares de aquí al final de temporada, con Valverde instalado en el mediocampo, a la espera de la recuperación de Modric. Alternarán con frecuencia. Valverde transmite juventud, energía y recorrido. Cada partido se siente más importante. Modric es incomparable cuando está en plenitud física, pero tiene 34 años y las lesiones le importunan cada vez más.
Parece evidente que Rodrygo le ha ganado a Vinicius en la consideración de Zidane. Son dos jugadores que tienen en común la juventud y su procedencia. Sin embargo, sus características son distintas. Vinicius destaca por su explosión y potencia, todavía sin el control suficiente. En la derecha se siente algo incómodo, pero es su destino obligado en las circunstancias actuales. A Hazard se le ha reservado el costado izquierdo y sus galones pesan una tonelada.
Rodrygo es un talento más fino, más natural. Descifra mejor el fútbol y sus recursos ante el gol son superiores a los de Vinicius, al menos por ahora. La banda derecha tampoco es su espacio más confortable, pero otra característica de Rodrygo es la versatilidad. Donde juegue siempre ofrece recursos interesantes. Su actuación contra el Leganés refuerza su ascenso en la escala del Madrid, por débil que fuera la resistencia del equipo de Luis Cembranos.
El Madrid no encontró la menor complicación. Ganó con tan poco esfuerzo que casi parecieron pocos los cinco goles, que esta vez dijeron mucho de sus protagonistas. Marcaron Benzema, Rodrygo y Kroos. El delantero francés mantiene la autoridad que obtuvo después de la marcha de Cristiano Ronaldo. No sólo juega de maravilla, sino que lo hace con una seguridad aplastante. Se ha elevado claramente sobre el resto del equipo. Diez años después de su llegada al Real Madrid, Benzema es el mejor y el más consistente futbolista del equipo. Atrás quedan los años de polémica y hasta de desafecto en la hinchada.
Kroos está decidido a arreglar una carencia del Madrid: la escasa aportación goleadora de sus centrocampistas. Por raro que parezca la mayor aportación en la última temporada correspondió a Casemiro, el medio de cierre. Kroos ha añadido esta temporada una presencia mayor en el área, además de su acreditada fama de chutador de media distancia. Le conviene muchísimo al Madrid esta versión más aventurera del jugador alemán.
Rodrygo marcó y jugó bien. No se siente impresionado en el campo, ni le puede la ansiedad, problema que en ocasiones es muy visible en Vinicius. Rodrygo es más relajado. Acaba de llegar y parece que ha jugado toda la vida en el Real Madrid, la mejor noticia para un equipo que no puede considerar la goleada al Leganés como un dato relevante. Si algo le ha caracterizado en el último año y medio es una irregularidad que tiene despistadísimos a sus seguidores.