Tiger y Federer, la leyenda continúa

Tiger Woods y Roger Federer corren por calles paralelas que conducen a una meta llamada eternidad. Dos deportistas únicos, leyendas en activo. El último fin de semana engordaron su mito, desde hace tiempo rebosante de gloria. El golfista estadounidense sumó su 82ª victoria en el PGA Tour al imponerse en el Zozo Championship, en Chiba (Japón), con lo que iguala el récord de Sam Snead, un histórico de mediados del Siglo XX. El tenista suizo logró su 10º triunfo en su Basilea natal, allá donde dio sus primeros pasos como recogepelotas, una cifra que ya alcanzó también este año en Halle.

Los dos han tenido altibajos en su trayectoria, han pasado por baches que anunciaron un final que nunca fue, que todavía no vislumbra el cerrojo. Aún hay tierra por conquistar. Ambos supieron resurgir victoriosos después de salir de sus respectivos túneles, más largo y oscuro en el caso del americano, como corresponde a los grandes campeones. Y ambos continúan aumentando la cuenta, a pesar de los achaques. Tiger, que este curso volvió a vestir la Chaqueta Verde en Augusta, se sometió en agosto a su quinta operación en la rodilla izquierda. No puede seguir el ritmo, pero lo suple con experiencia y calidad: “Mi físico no es el mismo, pero sé cómo jugar”. Algo parecido le pasa a Roger, que este lunes comunicó su renuncia a París-Bercy para preparar mejor el Masters de Londres: “Tengo que dosificarme si quiero jugar el mayor tiempo posible en la ATP”.

Chiba y Basilea han sido dos paradas en el camino, dos muescas más en el palmarés, pero los cazadores todavía tienen a tiro dos piezas mayores. Federer sumó el domingo su 103º título y tiene el récord de Jimmy Connors en 109. Woods apunta a un Oso Dorado, a Jack Nicklaus, que ostenta 18 Majors, tres más que el Tigre. Animales competitivos. Historia del deporte.