NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Sí al optimismo, no a la ingenuidad

Dice Coelho en 'El Alquimista' que "cuando una persona desea realmente algo, el universo entero conspira para que pueda realizar su sueño". Mira Paulo, no. Ya sé que no soy nadie como para criticar a un best seller, pero si se quiere tener opciones de que algo suceda, no hay que desearlo, hay que trabajarlo. Saber distinguir entre optimismo e ingenuidad ahorra el maquillaje del presente y muchos clínex en el futuro.

El optimismo. El mayor mérito de Víctor Gómez no es haber cerrado los ojos con fuerza deseando ser titular en LaLiga. Víctor lo deseó, sí, pero lo que más hizo fue trabajarlo. ¿Por qué él y no otro? Porque llega el que más aguanta, el que más lo trabaja y el que está siempre en condiciones de aprovechar lo bueno que caiga. Los milagros hay que merecerlos. El canterano fue optimista en su sueño, sí, pero no ingenuo. Ahora empieza otro duro sendero, el que le podría permitir quedarse.

La ingenuidad. Poner el valor el estilo y algunos brotes verdes, pese a una nueva derrota en casa es ingenuo. El Espanyol ahora necesita puntuar en liga y ya. Como sea. La realidad a la que se enfrenta el equipo no permite engaños. Tampoco lo permite el calendario: seis partidos en 18 días, con la Europa League mediante, visitando a Levante y Athletic de manera consecutiva y viajando al Metropolitano tras recibir al Valencia en Cornellà.