Iván Díaz: "En Bulgaria, el fútbol se vive con nostalgia"
Iván Díaz, uno de los ayudantes del Profe Ortega, en el Atlético, es ahora el preparador físico del Ludogorets. Analiza en AS el rival perico y sus peculiaridades.
El Ludogorets lleva ocho años ganando la Liga y es un asiduo a Europa. ¿Cuál es el motivo de este dominio?
Lo explicaría debido a tres factores. Uno es el económico: el dueño es multimillonario. El club es una empresa más de su sector y su prioridad es jugar en Europa, y para eso hay que ganar el título. Luego, el acierto con los fichajes es excepcional. Antes había 13 brasileños en la plantilla, ahora tenemos seis. Hay una rapidez determinante para hacer los pasaportes comunitarios. Y, por último, España tiene su papel. En los años de éxito hubo un español en el cuerpo técnico que se llamaba Sergio Martín y había estado en el Villarreal. Dejó un poso metodológico. Yo le doy continuidad a ese estilo.
¿Y cuál es ese estilo?
Se podría asemejar al del Real Madrid de Mourinho. Tenemos buenos jugadores y nos definimos por la fortaleza defensiva y la velocidad en las transiciones.
¿Y les trastoca el cambio de entrenador y de sistema del Espanyol?
Trastoca los planes por su sistema. Hablé con el cuerpo técnico las particularidades del 5-3-2 y nos modificará la presión alta, los repliegues… Para nosotros es un hándicap pero también para ellos porque necesitarán tiempo para adaptarse.
¿Cómo es Razgrad?
Es una ciudad pequeña, de solo 30.000 habitantes y pertenece a una provincia poco poblada. A una hora y cuarto está Varna, algo así como la Benidorm de Bulgaria. Y Bucarest es de los aeropuertos más cercanos. Un tercio de la población es turca, y su religión es la musulmana. Hay mucha relación con Turquía en esta zona. La ciudad creció mucho los últimos ocho años gracias al Ludogorets: ahora hay más calidad de vida, mejores restaurantes, lugares de ocio… Han venido 25 familias con un alto poder adquisitivo que han mejorado todo. La vida es de pueblo.
¿A qué lo equipararía en España?
Podría ser como cuando el Extremadura estuvo en Primera pero con un retraso de 30 años. La imagen de los edificios es descuidada. Le pondré un ejemplo: la gente solo paga un euro al mes de comunidad de vecinos. Todas las zonas comunes no las reforman. La ciudad es vieja, de otra época.
¿Se ha perdido interés por el fútbol a nivel social?
La selección jugó contra Inglaterra recientemente y perdió 0-6. Dio malas sensaciones. El éxito del 94 pasa por la formación fuera de Bulgaria. No tienen grandes jugadores en el país y a nivel social eso se nota. En nuestro caso, solo en los grandes partidos y en Europa llenamos el estadio. El jueves lo estará. Pero ante equipos menores apenas vienen 3.000 personas a vernos.
¿Y por qué el nivel del jugador ha descendido tanto?
Le hablaré del Ludogorets, donde hay muy buenas instalaciones y hay una buena metodología… Intentan coger ejemplos de clubes españoles o ingleses. Ellos consideran que a nivel formativo lo que se hace en España es lo mejor. Pero este país está lejos de llegar a esos niveles. Viven en la nostalgia de la selección de los 90. Creo que ahora se dan cuenta de que aquella selección brilló porque todos sus mejores jugadores actuaban en las grandes ligas.
¿Qué es lo que más le impacta de esta experiencia en Bulgaria?
Los grandes viajes en autobús, algo de lo que ya creía haber superado. Sofía está a cinco horas y siempre vamos en autobús. Cuando tenemos allí Liga y Copa nos quedamos cuatro o cinco días concentrados.
Dice que lo había olvidado por qué usted procede del Atlético. ¿Qué aprendió con Simeone y el Profe Ortega?
En esos cuatro años he llegado a entender la importancia de un entrenamiento físico-táctico. Son dos áreas que van de la mano y se adaptan en todos los trabajos relacionados con el modelo de juego, sobre todo cómo entiende el equipo las transiciones. La diferencia está en el detalle. Este modelo de entrenamiento es muy detallista en lo individual, en el físico-táctico individual. Y luego se traslada a cómo entender la parte colectiva del juego. Todos juegan a lo mismo, bajo las mismas directrices. Y hay una gran influencia en lo emocional.
¿Y el jugador siempre cree en este método?
El jugador es receptivo si gana. Las victorias deben darte el aval de tu trabajo. Si no ganas la información es confusa.