Zidane perdió crédito en Mallorca
El Madrid se dejó el liderato en Son Moix y Zidane sufrió otro desgaste en su prestigio. Alberto Moreno, un modesto al frente de un equipo que mantiene su base de la Segunda B, le ganó las primeras manos del juego y con ellas la partida. Ante la visita al Galatasaray y con el virus FIFA afectando, el técnico francés dio descanso a bastantes titulares y compuso un equipo bastante desequilibrado. En puridad, sólo Casemiro, Sergio Ramos y Militao tenían verdadera vocación de quite. Los laterales eran más de ir que de volver, Isco y James son mediapuntas, los otros tres eran delanteros. El Mallorca salió con un ojo puesto en eso...
Y le funcionó. Se adelantó por el excelente Lago Junior y hasta consiguió un segundo gol que se le escapó por off-side. El 1-0 llegó muy pronto y el Madrid tenía mucho partido por delante y muy buenos jugadores para crear peligro en torno a Reina. Y esa fue la gran decepción. Hubo primero comodidad en todos y luego mucha confusión. Vinicius levantó bandera de rebeldía, pero lo que consiguió fue enfadar a los suyos por su persistencia en resucitar la vieja figura del chupón. Como acaba mal, se hace menos justificable que no comparta más juego. Jovic le levantó los brazos más de una vez y Benzema le echó una bronca larga por ignorarle.
Zidane pretendió remediar la cosa metiendo a Valverde por Isco y a Rodrygo por Jovic, al que no le llegó juego y se fue visiblemente molesto. Luego, también a Brahim por Vinicius. Pero con cambios, como sin ellos. Lo que más me sorprendió del Madrid anoche fue que con tanto buen jugador sobre el campo no le provocara a Reina más que un cómodo trabajo residual, ni siquiera cuando el Mallorca acusó un enorme cansancio al final, como suele. Para más estropicio, Odriozola, que ya falló en el gol, fue expulsado por dos amarillas ganadas a pulso. Total, fiesta en Mallorca, el Barça líder y un inquietante viaje a Turquía en perspectiva.