Messi afina en puertas del Clásico
Cuatro goles y dos expulsados, eso le quedó al Barça de un partido que le coloca bien en la tabla, asentado como segundo, a dos puntos del Madrid cuando estamos a tres semanas y dos jornadas de la visita de los blancos al Camp Nou. Pero entre el partido ante el Sevilla y la visita del Madrid le espera al Barça una enojosa salida a Eibar, donde va a ir despoblado de defensas. Piqué se trabajó una quinta tarjeta para llegar limpio al Madrid. Todibo se retiró renqueante, entró por él Araujo y resultó expulsado, ya muy al final, por un agarrón (muy leve) a Chicharito cuando se iba a portería. Umtiti sigue lesionado. Problemas para Eibar.
Y luego está Dembélé. Salió en lugar de Griezmann, cuyo papel en el Barça parece oscurecerse ahora que vuelve Messi. Dembélé jugó con arrebatos magníficos. Aunque destiló también alguna extravagancia de las suyas, se le vio fino. Quiero pensar que la presencia de Ansu Fati ha contribuido a ponerle las pilas. Sólo tiene dieciséis años, pero ha amenazado el estatus de Dembélé y éste lo ha notado. Había dejado contenta a la gente, pero del lío por la expulsión de Araujo salió con roja, por decirle “eres muy malo” al singular Mateu, ayer especialmente picajoso. La duda ahora es si eso le costará dos partidos o sólo uno.
Lo que el Barça sacó en limpio fue ese 4-0, labrado con su mayor poderío en el remate. Antes del primer gol culé, una maravilla de Luis Suárez, un Sevilla de juego brillante falló tres. De Jong, delantero luchador, se va confirmando como una nulidad cara a la portería. Pero con todas las noticias que dejó el partido, quizá la de más cuajo sea la reaparición de Messi, esta vez sí. Fue de menos a más. En el 60’ despertó con una de esas estupendas diagonales suyas, de derecha a izquierda, culminada con un gran remate que paró bien Vaclik. No mucho más tarde, puso un golpe franco en la escuadra. Messi afina según se acerca el Clásico. Esa fue la noticia de la noche.